Uno de los métodos de riego más eficientes, empleado no sólo para regar jardines sino también para proporcionar agua a los cultivos, es el riego por goteo.
El riego por goteo
El riego gota a gota, como también se denomina el riego por goteo, consiste en una serie de tubos conectados entre sí con pequeños orificios que se sitúan al pie de las plantas por donde el agua va cayendo según la velocidad que le hayamos programado, abriendo o cerrando las válvulas de los agujeros.
Este sistema no es algo nuevo, se lleva empleando en Afganistán desde 1866, pero ha ido evolucionando gracias a las nuevas tecnologías. Actualmente, los tubos son de plástico en vez de arcilla, lo que permite adaptar el sistema de riego a las diferentes características del jardín.
Este sistema de conductos suele ir acompañado de un pequeño programador, que nos permite gestionar la duración y el momento del riego. Algo de mucha utilidad si nos vamos de vacaciones o no podemos regar porque no estamos en casa.
Su instalación es bastante sencilla, simplemente hay que acoplar el programador o el tubo principal al grifo e ir desplegando los diferentes tubos por el jardín ajustando los orificios a cada una de las zonas que queramos regar.
Ahorro de agua
El riego por goteo nos permite ahorrar una gran cantidad de agua por dos motivos principalmente:
- El agua no se desperdicia al ir cayendo justo en el pie de la planta, de modo que llega rápidamente a las raíces, evitando que se infiltre o se evapore si hace mucho calor.
- Al poder gestionar el momento y el lugar en el que se realiza el riego, podemos regar las plantas a primera hora de la mañana, o cuando el sol haya caído, aunque no nos encontremos en casa. Aparte de beneficiar a las plantas, estarás evitando el despilfarro de agua.
Sin duda el riego por goteo es una opción económica para mantener nuestro jardín vivo durante todo el año sin malgastar agua y haciendo esta tarea mucho más llevadera si no tenemos tiempo o nos vamos de vacaciones.