La contaminación lumínica o visual es un problema cada vez más preocupante en las ciudades, las cuales están cargadas de carteles publicitarios, antenas, tendidos eléctricos o elementos arquitectónicos inadecuados, perjudicando a los ciudadanos y al medio ambiente.Vista aérea de contaminación visual o lumínica

Efectos de la contaminación lumínica en los seres humanos

Todos los elementos distorsionan el paisaje natural o urbano, como neones, luces LEDs, luces potentes o intermitentes…  producen una serie de efectos negativos, como pueden ser:

  • Dolor de cabeza
  • Estrés por saturación de colores y elementos
  • Distracciones peligrosas para el conductor
  • Desplazamiento de poblaciones de fauna con el consecuente desequilibrio ecológico

El cerebro humano tiene una determinada capacidad de absorción de datos. Cuando éste supera el máximo de información que puede asimilar se produce un estrés visual, el panorama perceptual se vuelve caótico y se hace imposible una observación normal del paisaje.

Si un espacio interior se encuentra saturado de fuentes de información dispares, el resultado puede afectar a la capacidad de concentración, agravándose este efecto con la combinación de colores.

Puede ocurrir que en un momento nos quedemos parados bombardeados por la variedad de objetos y colores, y ni siquiera recordemos qué estábamos haciendo, como si nuestro cerebro hubiera sufrido un cortocircuito.

Esto puede afectar al grado de eficiencia laboral en empresas e instituciones cuando se trata de espacios interiores. En el caso de mensajes publicitarios en rutas y calles puede ser un importante factor de distracción y puede causar accidentes de tráfico.

Contaminación lumínica en Tokyo

Las leyes que protegen contra la contaminación visual

Este tema no parece preocupar especialmente a la población, aunque cuenta con legislación que lo regula desde los años 8. Sin embargo, no se ha tratado en leyes específicas sobre la contaminación visual, sino que las existentes se refieren a la protección del medio natural y del patrimonio histórico.

En España, la Ley 4/89 de Conservación de Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres considera una infracción administrativa «la instalación de carteles de publicidad y almacenamiento de chatarra en los espacios naturales protegidos y en su entorno siempre que se rompa la armonía del paisaje y se altere la perspectiva del campo visual«.

Del mismo modo, para proteger los edificios históricos y Bienes de Interés Cultural, la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español, prohíbe colocar sobre ellos publicidad comercial, así como cables, antenas y conducciones.

En las Comunidades Autónomas españolas adaptaron y actualizaron esta normativa. La Comunidad Andaluza es la que mantiene esta ley más actualizada con la Ley 14/2007 del Patrimonio Histórico de Andalucía.

Esta contaminación es más grave de lo que puede parecer, por lo tanto, no debemos olvidarnos de ella. ¿Has sufrido alguna vez los efectos de la contaminación visual?

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