Con el objetivo de reducir los daños al medio ambiente, surge lo que hoy se conoce como el consumo responsable: una actitud por parte de los consumidores que implica hacer un consumo consciente y crítico, analizando el impacto ambiental de lo que estamos a punto de adquirir mientras hacemos nuestras compras habituales. Si te interesa saber más acerca del impacto ambiental del consumo, continúa leyendo.
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Esta forma de consumo coincide con la aparición de elementos como la huella de carbono de producto o las etiquetas ecológicas, que tienen como principal objetivo ofrecer al consumidor información importante para que pueda valorar la compra de un producto en función de otros criterios que no sean solamente económicos.
Comprar “verde” es una tendencia en crecimiento, tanto así que hoy podemos afirmar que existe una competencia en el mercado de marcas eco. Sin duda, algunas empresas están interesadas en ofrecer productos ecoamigables y mejorar, de esta manera, el impacto ambiental del consumo de sus clientes.
Tal como mencionamos antes, todo lo que el ser humano consume genera un impacto en el ambiente. Sin embargo, específicamente, ¿qué produce tal impacto? A continuación te lo explicamos.
Si analizamos el impacto de los productos de habitual consumo, el primer factor que juega un papel negativo en el ambiente son los coches. El uso del coche genera una serie de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que provocan consecuencias en la atmósfera.
Lamentablemente, el uso de este factor del impacto ambiental del consumo no es el único culpable. Durante la fabricación del coche e incluso en el proceso de producción de los materiales para ensamblar el coche, existe un gran impacto ambiental que a menudo no se tiene en cuenta.
Al contrario que lo que sucedía con el impacto por el uso, los impactos indirectos no son fáciles de conocer y pocos fabricantes ofrecen información sobre este tema.
Las construcciones, tanto si son viviendas como carreteras u otro tipo de infraestructuras, tienen un alto impacto ambiental que se genera principalmente en el momento de la construcción y en el de la demolición. Por si fuera poco, la fabricación o extracción de los materiales para la fabricación generan grandes daños al medio natural en el que se encuentre.
Como vemos, el impacto ambiental del consumo es mayor de lo que en un primer momento pueda parecer, por lo que es recomendable informarse y valorar con una mirada crítica las compras y servicios que realizamos para, así, avanzar hacia un desarrollo sostenible. Y tú, ¿qué tienes en cuenta al comprar? Comparte tu experiencia en el área de comentarios.
Por su parte, si te interesa conocer más acerca de los hábitos de consumo, te invitamos a visualizar el siguiente vídeo en el que Eduard Punset comenta sobre este tema:
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