La contaminación atmosférica, o contaminación del aire, es un problema que está afectando al planeta Tierra desde hace muchos años; sin embargo, últimamente se ha agravado con la presencia de diversos materiales contaminantes en el aire. En el presente artículo queremos explicarte qué es la contaminación atmosférica, cuál es su origen, cuáles son los agentes que contribuyen a su aumento y, por supuesto, te informaremos cómo evitarla. ¡Comencemos!
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Aunque todos los tipos de contaminación generan grandes consecuencias sobre el planeta, la atmosférica implica aún más riesgos debido a que hace referencia a aquellos agentes externos que se acumulan en el aire y, por ende, viajan y se transportan a gran velocidad de una zona a otra.
Las industrias, las fábricas, los coches y otros elementos que son manipulados por el hombre han contribuido en gran medida al aumento de la contaminación atmosférica. Todo se debe a la enorme cantidad de gases contaminantes que estas instalaciones y equipos generan, conocidas bajo el nombre de contaminantes atmosféricos.
Los contaminantes atmosféricos son aquellas materias o formas de energía que no están de manera natural en la atmósfera o que sí están presentes, pero en concentraciones diferentes. Por ejemplo, el dióxido de carbono está presente de manera natural en la atmósfera, desempeñando un papel fundamental como gas de efecto invernadero (GEI). Sin embargo, si su concentración aumenta, crecen también las consecuencias del efecto invernadero.
Existen tres tipos de contaminantes atmosféricos que contribuyen al daño de la capa de ozono y el aire en general, estos son:
Asimismo, se pueden distinguir dos tipos de contaminantes adicionales:
Remontándonos a los orígenes de la contaminación atmosférica encontramos su relación con las actividades humanas. Si bien es cierto que algunos procesos naturales pueden suponer una fuente de contaminación, los seres humanos también hemos contribuido con el crecimiento de este tipo de contaminación.
La fuente natural de emisión típica es la erupción volcánica. Este fenómeno natural emite gases y partículas que no están en la atmósfera o que sí están, pero en otras concentraciones, por lo que alteran el equilibrio natural de esta capa de gases.
Por su parte, en las fuentes de emisión antropogénicas destacan los procesos industriales, la calefacción en edificios residenciales, el transporte, etc.
En general, la atmósfera buscará recuperar el equilibrio eliminando las sustancias contaminantes. Normalmente lo consigue cuando la contaminación es poca o puntual, como ocurre en el caso de las fuentes naturales. Sin embargo, nos enfrentamos a un problema ambiental grave cuando la atmósfera no es capaz de recuperar su equilibrio por la gran cantidad de contaminación que recibe.
Siguiendo algunos consejos para mejorar la calidad del aire podremos evitar la contaminación atmosférica, o al menos reducir su nivel actual. Para ello, te compartimos algunas actividades que podrás modificar en tu rutina y, así, contribuir con la capa de ozono y las generaciones futuras.
La contaminación atmosférica puede tener repercusiones a escala local o global. Es importante identificar los elementos contaminantes con el fin de reducirlos o eliminarlos. En este sentido, cada vez son más las normativas, investigaciones y fondos enfocados a reducir la contaminación atmosférica. Y tú, ¿qué haces para reducir esta contaminación?
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