¿Qué medidas se tomarán?

Las autoridades han decidido arremangarse y tomar cartas en el asunto: desde este otoño, ocho cámaras con sensores ayudan a identificar de manera temprana los cambios de color del río. De esta forma, y antes de que se disuelvan los colorantes, se podrá determinar más rápido la procedencia de las sustancias contaminantes.

Las cámaras funcionan con un software de reconocimiento de imagen, diseñado para detectar cambios de color y sólidos suspendidos. Esta tecnología permite incluso identificar cambios de coloración que a simple vista resultan difíciles de observar. Brigadas de técnicos acompañadas de drones completan esta búsqueda de contaminantes recorriendo a su vez el río.

Una vez determinado el responsable de cada vertido, se aplicarán multas por contaminación del río. Estas sanciones están estipuladas entre uno y 5.000 salarios mínimos vigentes, según el vertimiento, la reincidencia y la afectación al agua. Si la industria en cuestión continúa con su actividad contaminante, puede recibir una revocatoria o caducidad de su licencia ambiental, o incluso llegar al cierre de la actividad productiva, o a la demolición de obra a costa del infractor.

Hasta ahora, el principal obstáculo es la dificultad de determinar a los responsables de los vertimientos y la lentitud de los procesos sancionatorios. Para poder sancionar a las empresas contaminantes, es necesario pillarlas prácticamente in fraganti, y eso no siempre es posible.

¿Quién está detrás de los vertidos?

Según las autoridades, la principal responsable sería la industria textil, “por todos los procesos de lavado y tintorería de las prendas que utilizan sustancias que generan este tipo de coloraciones”, en palabras del subdirector de regionalización de Corantioquia, Carlos Naranjo. Gran parte de sus vertidos los realizan por la noche, para evitar ser detectados, especialmente desde que la ciudadanía de Medellín está atenta al cambio de color de las aguas de su río. Algunas empresas ya han recibido sanciones, hasta que mejoren su tratamiento de aguas residuales.

Otra parte de responsabilidad sería para los ciudadanos, puesto que aún hay personas que lanzan desechos al río, lo que afecta a la calidad del agua, tal como apunta el defensor del río Medellín, Luis Alfonso Yepes.

Los ciudadanos sí importan

Si bien es cierto que algunos contaminan, son muchos más los que colaboran, y las autoridades han decidido ponérselo fácil: a través de la cuenta de Twitter @emergenciaAmva pueden hacer una denuncia ambiental inmediata. Las autoridades piden que, para ser más efectivas, se hagan en tiempo real, en cuanto se detecta la infracción, con la ubicación exacta del vertimiento.

¿Qué deben hacer las empresas?

En la actualidad, la EPM (Empresas Públicas de Medellín) exige a las industrias que, antes de realizar sus descargas sobre el agua, remuevan el 80% de contaminación de éstas (hace años sólo se les exigía entre el 50 y el 70%). Los vertimientos de líquidos con temperaturas superiores a 40 grados, así como con grasas o sólidos que taponen el alcantarillado están prohibidos.

Fuentes: El Tiempo | El Colombiano | De la Urbe

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