Acuario de algas para generar biocombustible

El proyecto

Pero el Pentágono, a través de su Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación para la Defensa (DARPA, por sus siglas en inglés), ha querido ir más allá y ya a finales del año pasado destinó parte de su presupuesto de I+D a proyectos dirigidos a la utilización de las algas como combustible para sus aviones. Entonces, las expectativas depositadas en la iniciativa eran muy elevadas, convencidos de que la reducción de la huella de carbono la situaría prácticamente en cero, pero el desarrollo de las investigaciones han sido aún mejores y es posible que a corto plazo sea posible contar un combustible a base de algas y, además, a un precio competitivo.

Cifras y fechas

Los beneficios del hallazgo son evidentes, sobre todo para sectores como el transporte. Sólo el Pentágono consume entre 60 y 75 millones de barriles de crudo al año, la mayor parte destinado a sus Fuerzas Aéreas. De hecho, los investigadores de DARPA ya han conseguido crudo a partir de estanques de algas a un coste de 0,52 dólares por litro.

El siguiente paso es conseguir refinar ese crudo en biocombustible para los aviones por debajo de los 0,79 dólares por litro. Unos precios que podrían beneficiarse aún más de las economías de escala con la construcción de una refinería capaz de producir unos 190 millones de litros al año. Los primeros cálculos de la Agencia estiman que a partir de una granja de unos 4.000 metros cuadrados se podrían extraer cerca de 3.800 litros. Si el proyecto sigue esta buena marcha, el año que viene los aviones de las Fuerzas Aéreas estadounidense podrían comenzar a probar este combustible mezclado al 50% con el fósil, siendo en 2013 cuando entrara definitivamente en producción.

Los beneficios

Si bien es cierto que el proyecto es de naturaleza eminentemente militar, no hay que olvidar que DARPA ya jugó un papel clave en el desarrollo de Internet o de los sistemas de navegación por satélite, que arrancaron también así, para después tener un impacto positivo en la sociedad civil. Así, las algas no sólo podrían ayudar a reducir las emisiones de CO? sino que, además, se convertirían en el sustituto natural como fuente de energía del etanol de maíz o del aceite de palma, recursos más limitados, más consumidos en nuestra dieta y que terminan por elevar su precio en el mercado.

Fuentes: guardian.co.uk / inhabitat.com / treehugger.com / flickr.com

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