El proyecto, al que se ha bautizado como Bus Roots, pretende conectar las ciudades con la naturaleza de una forma original y además hacer un llamamiento al mundo sobre los pocos espacios verdes que disfrutan las ciudades.
Existen ciudades en las que no existen espacios para crear nuevas zonas verdes. Para intentar remediar esta situación se han creado jardines y huertos en las cubiertas de los edificios e incluso en las fachadas de estos, sin embargo, aunque se extendiera el uso de estos jardines, seguiría existiendo el problema de las calzadas y las calles. Este problema podría solucionarse con esta original idea.
Pero, ¿qué beneficios podría tener plantar un jardín en autobuses urbanos?
– Aporta valor estético a la ciudad
– Reduce el efecto isla de calor en las ciudades
– Aísla del calor y el ruido
– Absorbe dióxido de carbono, ayudando a evitar el efecto invernadero
– Aprovecha el agua de lluvia
– Despierta la atención de los ciudadanos para concienciarlos sobre la necesidad de espacios verdes
Teniendo en cuenta que la superficie que ocupa un autobús público es de 31,6 m2, y si tenemos en cuenta, por ejemplo, que en la ciudad de Madrid existen 2.095 autobuses, se podrían crear 66.602 m2 de jardín lo que equivale a 8 campos de fútbol.
De hecho, se ha realizado un prototipo que ha estado circulando por la ciudad de Nueva York y que ha obtenido una gran aceptación entre los ciudadanos. El jardín tardó 5 meses en desarrollarse mientras el vehículo hacía sus viajes habituales.
El autor de esta brillante idea, Marco Antonio Castro Cosio, propone extender la experiencia a camiones y trenes en lo que define como “agricultura nómada urbana”.
¿Creéis que sería posible realizar este tipo de acciones en otras ciudades?