La biomasa es un residuo orgánico que tras un tratamiento más o menos intenso, se emplea como combustible. Algunos ejemplos son las cáscaras de nuez, los desechos de podas y talas, la leña o los huesos de aceituna. Es cierto que al quemarse producen CO?, principal gas de efecto invernadero, pero ese CO? emitido procede de materia vegetal que la planta en cuestión ha incorporado a su estructura orgánica. Por ello, el CO? emitido a la atmósfera al quemar este material vegetal es neutro: primero se incorpora a los tejidos vegetales y luego se emite a la atmósfera al quemarla para producir energía térmica.
En la actualidad existen varios tipos de combustibles sólidos para emplear en las calderas de biomasa. Algunos de ellos son los pellets, las briquetas, los granulados o polvos de determinados residuos vegetales.
Los pellets son pequeños cilindros (entre 5 y 6 mm de diámetros y 2-3 cm de longitud) de biomasa compactada, procedente de residuos forestales, serrines o residuos de podas principalmente. Su constitución compacta y su reducido tamaño son una ventaja frente a determinados combustibles de mayor tamaño. Esto permite la automatización de la alimentación de las calderas de biomasa desde un silo de almacenamiento.
Las briquetas son cilindros de biomasa (entre 20 y 50 cm de longitud y 10 y 15 de diámetro) compactada siempre del mismo tamaño y cuya composición es similar a la de los pellets. Su constitución compacta y uniforme supone grandes ventajas de almacenamiento, limpieza, transporte y facilidad de uso respecto a la leña. El modo de empleo de las briquetas es similar al de la leña tradicional, pudiéndose utilizar en cualquier chimenea o estufa.
También se emplea como biomasa sólida para una caldera alimentada desde un silo de almacenamiento el orujo de uva seco, el hueso de aceituna triturado, la cáscara de almendra triturada o la cáscara de nuez. Cada uno de ellos poseerá diferentes características y estará adaptado a un tipo de caldera u otro.
Las diferentes calderas de biomasa estarán diseñadas para un combustible con unas especificaciones determinadas:
– Las calderas de pequeña potencia admiten un combustible estandarizado según una norma, empleando habitualmente pellet
– Las calderas de gran potencia se diseñan a medida de un combustible determinado y admiten una variación limitada en las características de éste.
Así pues, dependiendo del tipo de caldera que dispongamos, emplearemos un tipo de biomasa u otra, la cual tendrá unas características de granulometría, densidad, poder calorífico, humedad, contenido en cenizas, contenido en cloro o temperatura de fusión de las cenizas diferentes.
Fuentes: Elaboración propia / ecoinnova.com / ambientum.com / flickr.com