Desastrosos: 20.000 muertes prematuras anuales en España se atribuyen directamente a los efectos de la polución. Y es que según la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), la contaminación del aire puede reducir la esperanza de vida de los europeos hasta en tres años.
En nuestro país y desde la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP), el doctor Sánchez-Solís advierte de cómo la contaminación tiene un efecto directo en los niños, en los que puede provocar «asma a corto plazo y enfermedades respiratorias y cardiovasculares a largo plazo«. Una malísima noticia, pues si ya se había demostrado que la polución acentuaba el asma y podía provocar episodios de crisis, ahora se constataría que, además, puede generar la patología en sí misma, además de numerosas alergias. Los niños, junto con los enfermos crónicos y los mayores de 65 años son quienes se llevan la peor parte.
La SENP también ha destacado en sus últimos informes que vivir a menos de 100 metros de una gran vía de tráfico comporta un 50% más de riesgo de padecer efectos adversos sobre la salud respiratoria. Y no es de extrañar, puesto que cuando inspiramos penetran en nuestros pulmones alrededor de 0.5 litros de aire, junto con miles de partículas que pueden ser perjudiciales para la salud, dependiendo del tamaño y de la composición que tengan. Bronquitis, pulmonía y la reducción de la resistencia respiratoria a las infecciones son sólo algunas de sus consecuencias.
Asimismo, el Centro Médico Beth Israel Deaconess (EE. UU.) advierte de que incluso los niveles generalmente considerados como seguros por las autoridades pueden incrementar el riesgo de accidente cerebrovascular –ictus– en un 34%. Las investigaciones han demostrado que las partículas microscópicas carbonosas y el dióxido de nitrógeno –ambos producidos por el tráfico de las ciudades– están estrechamente vinculados con el riesgo de ictus.
No es el único estudio que ha vuelto a encender las luces de alarma. Acaban de conocerse las conclusiones de otro estudio elaborado por el Centro Médico de la Universidad de Rush (EE. UU.) que revela que la exposición crónica a partículas de aire contaminadas puede acelerar el declive cognitivo en los adultos mayores. Dicho de otro modo, la reducción de la contaminación del aire es un medio potencial para reducir el deterioro cognitivo y la demencia.
Fuentes: Twenergy / ABC / Europa Press / Wikimedia Commons