La construcción de piscinas naturales, también llamadas naturalizadas o ecopiscinas, comenzó a ponerse de moda hace ya unos años en Austria y Alemania, pero la tendencia ya ha llegado a España.

Ventajas de las piscinas naturales

Las piscinas convencionales, debido a la normativa de higiene existente, se desinfectan utilizando cloro, producto químico que puede resultar tóxico para el ser humano y el medioambiente.

Las piscinas naturales o ecológicas, además de no emplear productos químicos, requieren de un menor mantenimiento y un menor consumo energético en la depuración.

Además, su naturalidad les permite estar perfectamente integradas en la naturaleza.

Por contra, el mayor requerimiento de mantenimiento es retirar los fangos que se van acumulando en el fondo del estanque de depuración cada dos años y tener cuidado con el crecimiento de algas.

Principios de la depuración

La idea es simular el curso de un río. Para ello, las plantas son un elemento fundamental. Las plantas acuáticas como juncos y jacintos, aceleran el crecimiento de ciertos microorganismos que eliminan bacterias perjudiciales para el baño y oxigenan el agua.

Algo necesario para tener un agua cristalina y libre de mosquitos es su constante movimiento. Por eso se instalan en estas piscinas naturales saltos de agua movidos por medio de tuberías y bombas de agua.

Otro elemento muy útil es la grava, que actúa como filtro natural, reteniendo las partículas en suspensión de las aguas.

La incorporación de fauna es opcional. Las ranas y los peces pueden ser un aliado, limpiando el agua de larvas de insectos.

Estos elementos son perfectamente conocidos en la depuración biológica de aguas residuales. De hecho, la fitorremediación lleva miles de años empleándose para la purificación de las aguas. Si funciona en las aguas residuales, altamente contaminadas, consiguiendo desinfectarlas y limpiarlas, una piscina ecológica donde el agua de partida está completamente limpia, será mucho más sencillo mantenerla limpia y sin bacterias.

Pasos para crear tu propia piscina natural

Lo primero será estudiar bien las condiciones del lugar, especialmente: la climatología, el tipo de suelo y agua de esa región, así como la vegetación autóctona. Un profesional sabrá mejor que nadie si las condiciones y el terreno son propicios para la creación de la piscina. Lo principal es disponer de suficiente espacio, al menos 40 m2.

A la hora de poner instalar el vaso de la piscina habrá que tener claro el sistema de recirculación y filtrado del agua.

Se diseñan dos vasos bien diferenciados:

  • Zona de regeneración: es la zona más importante para mantener el agua limpia. Es donde irán las plantas y las ranas (que se instalarán solas), y tendrá poca profundidad.
  • Zona de baño que debe tener al menos 2 metros de profundidad.

Para separar la zona de nado del estanque donde estarán las plantas, se introducen ladrillos, sacos de arena o madera. Existen profesionales especializados en el diseño y construcción de este tipo de piscinas. Déjate aconsejar.

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