El consumo colaborativo se basa principalmente en compartir y no en poseer. Para entender bien lo que supone el consumo colaborativo hay que cambiar de mentalidad: ya no nos interesa ser propietarios de un bien o servicio, sino más bien tener acceso a él durante el tiempo que lo necesitemos. El consumo se convierte así en un medio para el bienestar, y no un fin en sí mismo.
En el consumo colaborativo, se producen intercambios entre desconocidos como si fueran amigos. Y es aquí donde Internet y la confianza juegan un papel fundamental. Las redes sociales ayudan a que las iniciativas para compartir cosas sean más fáciles. Y no sólo eso: la red permite que cada ciudadano se construya su “reputación virtual” en base a las opiniones de otros internautas. La reputación en el consumo colaborativo es esencial, es la nueva moneda de cambio.
¿Cuáles son beneficios del consumo colaborativo? A grandes rasgos, amplía la vida útil de los productos de usar y tirar, nos ahorra dinero (a veces incluso a ganarlo) y ayuda a combatir el hiperconsumo que nos rodea. El consumo colaborativo abarca cualquier ámbito en el que exista un intercambio de bienes o servicios entre particulares, desde la movilidad, al turismo o las finanzas.
Para 2015, descubrimos cinco tendencias de consumo colaborativo que hay que tener en cuenta:
1. El viaje colaborativo. El mejor ejemplo es Couchsurfing. Consiste en compartir el sofá de nuestra casa con un desconocido que nos ha contactado a través de Couchsurfing, una plataforma con más de 7 millones de usuarios registrados en 100.000 ciudades en todo el mundo. También es interesante la propuesta de alojamientos turísticos que ofrecen otros particulares a través de Airbnb o Homeaway.
2. Crowdfunding / Crowdlending. Hablamos de financiación colectiva (Crowdfunding) o de préstamos entre particulares (Crowdlending), una nueva forma de alcanzar los sueños sin pasar por el banco y pagar grandes comisiones.
3. Comparte coche. Hay muchas formas de compartir gastos cuando viajamos en coche a través de empresas como BlaBlaCar o Amovens. También podemos compartir taxi, o alquilar nuestro coche por horas (P2P Carsharing en SocialCar). Además de ahorrar dinero, compartir vehículo es una de las mejores formas de reducir la contaminación.
4. Coworking. Este concepto se refiere a la idea de compartir espacio de trabajo con otros profesionales o empresas. La gran ventaja es que también se comparten equipamientos y gastos. España es uno de los países con más espacios coworking de Europa.
5. Intercambia libros: el “Bookcrossing” es una de las mejores formas de compartir cultura. Consiste en dejar libros en lugares públicos para que otras personas los recojan, los lean y los vuelvan a dejar disponibles.
Fuentes: consumocolaborativo.com