A pesar de que muchas playas mexicanas sufren el problema de la contaminación, el país se esfuerza en tomar medidas que lleven a los ecosistemas a un desarrollo sustentable. Prueba de ello es el reconocimiento de la Bandera Azul (Blue Flag), un galardón gestionado por la organización Fundación para la Educación Ambiental (FEE por sus siglas en inglés) que reconoce las playas más sustentables del país.
En México hay cinco playas sustentables con Bandera Azul que cumplen 32 criterios sumamente estrictos sobre educación ambiental, calidad del agua, gestión ambiental, seguridad, servicios y manejo de información. La primera de ellas es la playa El Chileno, en Los Cabos. Es una de las favoritas por familias, buceadores y snorkelistas. Sus arrecifes rocosos corren en paralelo a la playa y bajo sus aguas viven peces tropicales, tortugas marinas, morenas, gorgonias, esponjas y estrellas de mar. Una playa sustentable que es todo un paraíso para sumergirse.
El Palmar es otro buen ejemplo de playa sustentable. Cuenta con 2.5 km de largo, se encuentra en mar abierto y es la principal playa de Ixtapa. A 15 minutos al norte del aeropuerto de Puerto Vallarta en la Riviera Nayarit encontramos la tercera playa sustentable: Playa Nuevo Vallarta Norte. Aquí, cada invierno, la tortuga caguama deja sus huevos en las costas de Nuevo Vallarta.
Otra playa sustentable reconocida con Bandera Azul es la de Chahué (Santa María Huatulco). Con más de 3km de largo, esta playa sustentable se encuentra rodeada de una frondosa vegetación tropical y agrestes formaciones rocosas. Chahué es una playa ejemplar: se distingue por su excelencia en calidad del agua, seguridad y sostenibilidad ecológica.
Y por último, la quinta playa más sustentable de México es playa Delfines, situada en el municipio de Benito Juárez, en la zona hotelera de Cancún y muy cerca de los vestigios arqueológicos de “El rey”. Todas ellas son excelentes ejemplos de cómo deberían gestionarse todas las playas del país hacia el camino de la sustentabilidad.