Cascada de aguaLos científicos que dieron a luz este curioso invento -que se utilizó sobre todo en ensayos cosméticos- allá por 1968 no tenían ni idea del alcance de sus investigaciones. Ben Carter, investigador de la Universidad de Liverpool y uno de los padres del estudio que analiza en profundidad las propiedades del compuesto, ha sido el encargado de desgranar las conclusiones más interesantes, además de arrojar algo de luz sobre esta aparente contradicción que es el agua seca. Así, nos hemos enterado de que el agua que no moja no es una paradoja, sino que está formada por minúsculas gotas de agua rodeadas de una capa todavía más minúscula de una sustancia llamada sílice hidrófobo, que es lo que le da a estas partículas un aspecto semejante a la harina o al azúcar glas.

Ahora viene lo más interesante, o mejor dicho, lo más útil. Este polvillo blanco posee una propiedad que podría sernos de gran ayuda a la hora de frenar el cambio climático, ya que es capaz de retener tres veces más dióxido de carbono (CO2), principal responsable del calentamiento, que su prima hermana, el agua normal, la que sí moja. Pero esto no esto todo, el agua seca puede, además, convertirse en un almacén de gases, con lo que su contribución al medio ambiente es doble.

Sólo hacen falta seis gramos de polvo de agua para acumular un litro de gas metano. De hecho, los científicos piensan que la sustancia podría ser utilizada para rastrear depósitos de metano en el fondo marino; aunque todavía queda mucho camino por recorrer y hace falta más compromiso por parte de los que financian estas investigaciones.

Además del gas, este invento tiene el potencial de convertirse en un medio más seguro de transporte de sustancias peligrosas que se vuelve inocuas mientras se encuentran retenidas en el agua seca. Muchos ven en esto un futuro industrial muy prometedor, no sólo en el sector químico, sino en muchos otros, ya que la última sorpresa del agua seca es que podría contribuir decisivamente al ahorro de energía en la fabricación de cierto tipo de bienes de consumo.

¿Cómo hace esto? Al parecer, esta propiedad tiene que ver con su capacidad de actuar como catalizador en la reacción entre el hidrógeno y el ácido maleico. El resultado es ácido succínico, que se emplea muy a menudo en el sector alimentario y en el farmacéutico. «Descubrimos también que podemos generar reacciones químicas dentro de estas partículas sin necesidad de agitarlas, con lo cual podemos lograr una reacción química mucho más eficiente desde el punto de vista energético«, explica el propio profesor Carter, completamente entregado a su tarea de demostrar que los descubrimientos del pasado pueden, en ocasiones, ser las soluciones del futuro.

Fuentes: abc / el pais / bbc / desenchufados.net / flickr

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