La intermodalidad está basada en la combinación e integración de diversos medios de desplazamiento para llegar a un destino. Es un paso más en la movilidad sostenible, un avance que busca reducir la huella de movilidad de las personas y fomentar el uso del transporte público.
Con el avance de la intermodalidad nos beneficiamos todos los ciudadanos porque se logra una mayor rapidez y comodidad en los transbordos entre los diferentes medios de transporte para hacer la movilidad sostenible aún más atractiva.
Aunque ya se han llevado a cabo numerosas medidas para fomentar este modelo, todavía quedan muchas por hacer para conseguir una completa integración entre los medios de transporte disponibles:
Intercambiadores (nudos de transportes) o proximidad entre paradas: la cercanía entre las diferentes paradas es una ventaja muy importante, ya que permite al usuario del transporte público cambiar de una a otra sin esfuerzo y sin perder tiempo. Resulta especialmente importante en estaciones de tren/cercanías o de autobús para conseguir una mayor intermodalidad en el transporte público.
Aparcamientos próximos a estaciones de tren: con el objetivo de facilitar el acceso a las personas que viven alejadas de la estación de tren, si no existiera una alternativa de trasporte público y continuar su viaje en tren o cercanías. De este modo, se reduce el número de coches circulando por las carreteras y se evita el problema de buscar aparcamiento.
Creación de billetes combinados o billetes por tiempo: en varias ciudades de España existen billetes combinados que permiten al usuario utilizar diferentes transportes picando una sola vez al iniciar el trayecto. Lo más habitual es entre autobuses de distintas líneas.
Sin embargo en otras ciudades esta opción aún no se contempla o solamente se facilita la intermodalidad entre determinadas líneas. Resulta necesario mejorar las opciones posibles, permitiendo al usuario combinar los medios disponibles para llegar a su destino.
Permitir trasladar las bicicletas en otros transportes públicos: la bicicleta es posiblemente uno de los medios de transporte más fácilmente integrable con otros, pero su utilización se encuentra limitada por las restricciones respecto a su traslado en tren, autobús o metro. La eliminación de estos obstáculos favorecería la intermodalidad de este medio.
La intermodalidad hace más atractivo y accesible el transporte colectivo frente al transporte individual por excelencia: el coche; ya que permite ir a donde quieras utilizando un medio de desplazamiento económico, menos contaminante y adaptado a las necesidades de cada uno. Aunque no debemos olvidar que en la evolución hacia este nuevo modelo, será cada vez más necesaria una mejora de las infraestructuras del transporte público.
¿Vuestras ciudades están preparadas para facilitar la intermodalidad?