Un sensor de temperatura es un dispositivo que es captar la temperatura y está compuesto por los siguientes elementos:

  • Elemento sensor.
  • Vaina que lo envuelve y lo protege, rellena de material conductor de temperatura.
  • Cable que lo conecta a un equipo electrónico.

Control de los parámetros

Los sensores proporcionan datos de las zonas sensibles que queramos controlar de nuestro hogar, y sobre las cuales podamos actuar en consecuencia.

El sensor de temperatura proporciona información sobre la temperatura medida en una estancia, asociado a un termostato, con el que poder controlar la temperatura deseada en el hogar, afectando directamente al confort y la eficiencia energética.

Además de sensores de temperatura, existen sensores que miden la humedad, la luz natural, o el ruido. Todos ellos se utilizan para tomar una decisión dependiendo del valor resultante. Como, por ejemplo, regar las plantas si la tierra de las macetas está muy seca, apagar las luces si hay suficiente luz natural o activar los sistemas de seguridad si se detecta ruido en el interior de nuestro hogar cuando no estamos.

Hogares inteligentes

Gracias a los sensores podemos diseñar fácilmente un hogar inteligente. Ya sea contratando a una empresa especializada en domótica, o diseñando uno mismo el control de los sensores con programas como “Arduino” o “Raspberri Pi”, por ejemplo. Existen incluso aplicaciones gratuitas que permiten hacer un control de los sensores incorporados en el hogar desde un dispositivo móvil.

Ahorro energético

La información facilitada por los sensores de temperatura los hace especialmente útiles para el ahorro energético en nuestro hogar. Esto es debido a que, reduciendo tan solo un grado la temperatura de la calefacción, podemos reducir el consumo energético en un 7% y aumentando un grado la temperatura de la refrigeración, se consiguen ahorros del 8% del consumo de energía.

¿Conoces más tipos de sensores de temperatura?

Imagen: ©P.S./DollarPhotoClub

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