La combustión es un proceso químico de oxidación, que requiere de un combustible (en este caso la biomasa) y de oxígeno, para la generación de energía eléctrica y térmica. Este calor provoca la transformación del agua en vapor que, una vez sobrecalentado, mueve una turbina conectada a un generador, para obtener finalmente la electricidad.
Ventajas e inconvenientes
Las ventajas del uso de la biomasa con respecto a otras fuentes de energía son de tipo medioambiental, social y económico. Estas ventajas lo están convirtiendo en una de las energías renovables más demandadas en todo el mundo:
Menores emisiones contaminantes: el balance en emisiones de CO2 de la energía de la biomasa se considera neutro, puesto que el CO2 absorbido por las plantas durante su crecimiento equivale prácticamente al que desprenden durante la combustión. Además, el proceso de combustión de biomasa emite menor cantidad de azufre en comparación con otros procesos de este tipo, lo que disminuye el fenómeno de la lluvia ácida.
Generación de empleo rural: las labores de limpieza y recogida forestal necesarias para la utilización de biomasa como combustible, requiere de mano de obra que revitaliza las áreas rurales y contribuye a la creación de nuevos puestos de trabajo.
Limpieza de los bosques: reduce la posible aparición de plagas y el riesgo de incendios, así como los gastos asociados a su prevención y extinción.
Disminución de la dependencia externa de combustibles fósiles: la progresiva implantación de un modelo energético sostenible basado en la generación eléctrica a través de energías renovables como la biomasa, podría producir importantes beneficios económicos en el futuro, debido a que el precio de la materia prima es inferior al de los combustibles fósiles; además de fomentar una menor dependencia energética que da lugar a altos costes en importación de recursos.
Generación distribuida: la producción de electricidad a través de fuentes de energía cercanas al lugar de consumo, disminuye las pérdidas de distribución eléctrica a través de la red y contribuye al suministro de energía en periodos de gran demanda.
Mejor gestión de residuos: mediante la transformación de los desechos en recursos reutilizables.
A pesar de que la mayoría de las características de la generación eléctrica a partir de biomasa son positivas, esta tecnología debe enfrentarse a algunos desafíos:
– Necesidad de suministro de combustible continuo y en grandes cantidades.
– Importancia del transporte en la rentabilidad del proyecto: la cual es menor a medida que la planta de producción se aleja de las fuentes de biomasa.
Aplicación en España
A día de hoy en España no hay un gran número de plantas de producción eléctrica por biomasa. Sin embargo, regiones como Andalucía, Aragón y Cataluña están apostando fuerte por esta tecnología – en Andalucía por ejemplo, hay 17 plantas de generación eléctrica con biomasa, en parte debido a los altos suministros de biomasa relacionados con el cultivo del olivar.
La combustión de biomasa para generación eléctrica se utiliza tanto para sistemas aislados sin acceso a la red como para su distribución a través de la red eléctrica. El hecho de que la mayor parte de biomasa utilizada sea residual, incrementa su rentabilidad y potencia su desarrollo futuro.
Los beneficios medioambientales, sociales y económicos que presenta la generación eléctrica a partir de la combustión de biomasa, la sitúan como una tecnología a potenciar en España en los próximos años.