Pilas de combustibleIdeadas por primera vez en 1839 por el británico William Grove, han sido empleadas a partir de los años 60 del siglo pasado en misiones espaciales y son ahora objeto de un gran proceso investigador para su utilización en generación distribuida de electricidad y como sistema de abastecimiento de los vehículos.

Pero ¿qué es y cómo funciona una pila de combustible?

La pila de combustible es un sistema que genera electricidad a partir de la reacción química de oxígeno e hidrógeno. Además de la electricidad se produce vapor de agua y calor.

Existen múltiples tipos de pilas de combustible, dependiendo de los materiales que las componen, y cada una tiene distintas características y aplicaciones: las hay que trabajan a temperaturas de 50 grados y que se están estudiando para abastecer ordenadores portátiles y hasta relojes, pero también existen tipos que generan temperaturas de hasta 1.000 grados y que se pueden emplear para generar electricidad para la red eléctrica.

El hidrógeno no existe en la naturaleza de manera tal que lo podamos emplear directamente: no hay minas o pozos de hidrógeno. Sin embargo está presente, combinado con otros componentes, en muchos elementos: el agua, por ejemplo, está constituida por oxígeno e hidrógeno. Por lo tanto, para poder emplear el hidrógeno en un vehículo con pilas de combustible, necesitamos producirlo. Hay varias tecnologías que lo permiten, siendo probablemente la más interesante desde un punto de vista de la sostenibilidad global el proceso de electrólisis a partir de electricidad generada de fuentes renovables.

En el caso de los vehículos se están investigando sistemas diferentes de producción y almacenamiento del hidrógeno. Un futuro basado en esta tecnología requiere unos cambios estructurales importantes de reconversión de la infraestructura actualmente existente.

¿Ciencia ficción?

Absolutamente no. Se multiplican cada año las iniciativas piloto de implantación de sistemas para el abastecimiento de hidrógeno de vehículos equipados con pilas de combustible. Uno de los ejemplos más emblemáticos es el del aeropuerto de Munich, en Alemania, que fue, en el año 2000, la primera estación de servicio del mundo que abastecía de hidrógeno a vehículos experimentales. También en las calles de Madrid, en los años 2003-2005, circularon varios autobuses públicos equipados con sistemas de pilas de combustible.

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