Es ecológico, económico, inoxidable, inalterable, durable, liviano, dieléctrico (no atrae los rayos y no conduce la electricidad), higiénico y de fácil instalación. Hoy te contamos la historia de un alambre hecho de PET (reciclado del postconsumo de envases de agua, aceites comestibles, gaseosas, etcétera), que reemplaza al clásico alambre de acero. Se trata del alambre Farmer, que, además, es un producto colombiano, idea de un emprendedor colombiano.
El creador de Farmer es el ingeniero civil colombiano Farid Merheg, nacido en Pereira, que, en un viaje por Europa, se dio cuenta de que una alternativa más ecológica al alambre de siempre era posible. Sobre todo en Francia, Merheg observó que los campesinos empleaban desde hace más de dos décadas un alambre reciclable, durable, liviano, que no corta y que puede ser incluso decorativo. Así que, si ellos podían, ¿cómo no traerse a Colombia la idea?
Merheg se puso manos a la obra y, a su regreso al país, volcó el trabajo de su fábrica en este invento. El alambre se produce desde hace tres años con materia prima colombiana y con la gran ventaja de que, una vez que acabe su vida útil (que puede ser de diez años), se puede volver a reciclar. Interesante, ¿verdad? Por el camino, este emprendedor se ha encontrado de todo: desde la reticencia al cambio de ganaderos, finqueros o empresarios de la tierra, hasta el entusiasmo de clientes que, una vez probado el alambre Farmer, no vuelven al tradicional.
¿Dónde se puede emplear?
Este alambre tiene diferentes usos y se puede emplear para: cercos perimetrales; construcción e instalación de invernaderos (no quema el plástico ni lo oxida); apuntalar racimos de plátano; camas para flores; espaldaderas para viñedos; tutoraje de hortalizas y frutas; soporte para mallas de piscicultura; fabricación de malla eslabonada; cerramientos de predios y tendederos, entre otros. A nivel doméstico, también lo fabrican ya para tendederos.
Farmer tiene filtro UV, por lo que es resistente al sol. Además, es de fácil instalación; es inoxidable y, al ser un polímero, no atrae los rayos solares, lo que evita accidentes. Es un alambre liviano, que pesa cinco veces menos que el galvanizado, por lo que su almacenamiento y su transporte resultan muy prácticos. Entre otras ventajas, está el ser muy maleable, por lo que permite cualquier tipo de nudo; es tan resistente como el alambre de púas; y aguanta el peso (en un vídeo demostrativo, se veía cómo se colgaban de él tres operarios que sumaban 210 kilos); y no se estira, por lo que después de retirar el peso vuelve a su estado.
Además, hay otra gran ventaja que no puede dejar de ser atractiva: es más barato que el alambre tradicional (al ser más liviano, da 5,5 veces más por kilo).
Fuentes: Alambres Farmer | Vida más verde