Los antiguos griegos ya estudiaron las interacciones de los seres humanos con su entorno. Pero no es hasta finales de la década de 1940 cuando el antropólogo estadounidense Julian Steward introduce el término de «Ecología Cultural», expresando la idea de que los seres humanos forman parte de un sistema ecológico. El concepto concreto de «ecología humana» no aparece hasta la década de 1960, uniendo la ecología cultural con la ecología biológica.
Más concretamente, la ecología humana se definide como «el estudio de la estructura y desarrollo de las comunidades humanas y de las sociedades en términos de las poblaciones humanas adaptadas a sus ambientes, teniendo en cuenta los sistemas tecnológicos y patrones de organización social y cómo esa adaptación se lleva a cabo«. «Esta disciplina representa una aplicación de las perspectivas de las ciencias biológicas y sociales«.
Debemos pensar en la interacción de los seres humanos y el ecosistema, como algo más amplio, es decir, como la interacción del sistema social humano y el resto del ecosistema.
Intercambio de materia, energía e información
Las actividades humanas están fuertemente influenciadas por la sociedad y siempre ejercen algún impacto sobre los ecosistemas en que viven las personas, por lo tanto, el sistema social es un elemento central dentro de la ecología humana. Los sistemas sociales pueden tener diferentes escalas, desde una familia hasta la totalidad de la población humana del planeta.
Entre el ecosistema y el sistema social existe un movimiento de materia, energía e información como consecuencia de las actividades humanas que influyen en el ecosistema.
Existen multitud de ejemplos de interacciones entre el sistema social y el ecosistema. Una actividad del ser humano impacta en el medio ambiente y esto puede causar unos efectos en el ecosistema, posteriormente, se puede dar un cambio en el comportamiento del ser humano para adaptarse a esos efectos, y tras ese cambio, el medio puede verse afectado de nuevo de otra manera, y así sucesivamente.
Estos impactos no siempre son negativos. También existen ejemplos de buenos comportamientos de los seres humanos con respecto a su medio ambiente y la respuesta del mismo será favorable. Por lo tanto, no podemos olvidarnos de que seguimos viviendo en el Planeta y que todo lo que hagamos en él tendrá una repercusión.