El proyecto lleva por nombre Victoria y podría ser la historia de un rotundo éxito energético, medioambiental, urbanístico y de ahorro económico. En realidad, responde al acrónimo de Vehicle Initiative Consortium for Transport Operation & Road Inductive Applications y está respaldado por la compañía Endesa y un consorcio creado formado por otras empresas y organismos de investigación.
Victoria tiene como propósito conseguir un transporte urbano sostenible y que además no esté sometido a interrupciones en el servicio para efectuar las recargas. Dotado con 3,7 millones de euros, este prototipo es capaz de alimentar sus baterías a pleno rendimiento para poder completar una ruta metropolitana a lo largo de toda una jornada.
En este caso, el de la línea 16, el reto consiste en cubrir los 10 kilómetros que incluye su recorrido. Si multiplicamos esta distancia por las veces que repite esta misma ruta a lo largo del día, el promedio de kilómetros que pueden llegar a cubrirse sin necesidad de inmovilizar el vehículo puede superar el centenar.
Triple recarga
La fórmula del éxito se basa en un trío compuesto por:
Cargas completas en puntos de recarga convencionales que se conectan en horario nocturno durante los periodos de inactividad de los vehículos
Cargas parciales en estaciones de recargas inductivas estáticas
Cargas parciales en carriles de recarga inductiva dinámica
Por tanto, los vehículos son 100% eléctricos y están equipados con tecnología inductiva que permite incorporar unas baterías más ligeras y menos voluminosas abaratando de esta manera costes y gasto energético.
Sin duda este “experimento” urbano, que se desarrollará a lo largo de 21 meses, constituye otro hito de la recarga inalámbrica por inducción. Este tipo de transferencia eléctrica es posible gracias a un proceso denominado acoplamiento por resonancia magnética.
Los malagueños tienen suerte de poder contar entre su flota urbana con un proyecto que ojalá dentro de poco sea común en el resto de ciudades españolas.