Como una declaración de consumo responsable, en 2007 se ideó el concepto 2nd Cycle, cuyo recóndito local, abierto en 2011, es el secreto mejor guardado del Distrito del Diseño de Helsinki. Desde entonces se almacenan aquí piezas de diseño recuperadas de mercadillos, colegios, casas de ancianos y garajes, que aguardan una segunda vida así como la oportunidad de contar su historia.
Destacan los icónicos taburetes del arquitecto y diseñador finlandés por excelencia, Alvar Aalto, pero también hay joyas de los finlandeses Yrjö Kukkapuro o Ilmari Tapiovaara. Con el tiempo la colección se ha ido expandiendo a otros países, e incluye —por ejemplo— piezas de la pareja estadounidense Charles y Ray Eames.
Se trata de una parte fundamental de la estrategia medioambiental de la compañía, además de ser la prueba de la longevidad y calidad de sus productos. El consumo responsable es uno de los pilares de la sosteniblidad, como también lo es maximizar la reparación, reutilización o reciclaje de productos y sus componentes. Así, Artek ha sido pionero en una senda que otros fabricantes de muebles escandinavos, como el gigante Ikea, consideran necesaria seguir. El fabricante sueco ofrece, en Francia y Bélgica, un proyecto similar: “Segunda Vida para los Muebles”, entre otras estrategias sostenibles.
Así, al menos en cuanto a mobiliario se refiere, las segundas oportunidades siempre fueron buenas. Reciclar y reutilizar no sólo maximiza la vida de los productos con el subsiguiente impacto en las economías familiares, sino que implica la reducción del uso de materias primas.
Artek fue fundado por cuatro jóvenes idealistas: el propio Alvar Aalto y su esposa Aino, Maire Gullichsen y el historiador Nils Gustav Hahl. Su objetivo era el de fabricar los muebles diseñados para sus edificios pero también el de educar a los finlandeses en el “buen diseño”. Hoy día Finlandia no sólo es el epicentro del diseño nórdico, sino que éste está interiorizado de tal manera en sus habitantes que forma parte de la vida cotidiana.
“Para los finlandeses el diseño es importante no sólo porque está hecho aquí, sino porque es para toda la vida”, nos explica Leena Karppinen, de VisitHelsinki. “Porque al ser de alta calidad, dura”. La perdurabilidad es una tradición finlandesa, y aunque “el diseño finlandés se circunscribe en el diseño nórdico en general, lo que realmente le distingue –además de la influencia de Rusia, bajo quien estuvimos durante cien años– es que debe ser muy funcional y que esté hecho en Finlandia en buena medida a la tradición de manufactura que tenemos todos los finlandeses. Hacer cosas con nuestras manos, que aprendemos en casa y en la escuela, es parte de la cultura finlandesa”, añade.
Precisamente, los valores fundacionales de Artek eran la buena calidad mediante el uso racional de materiales locales. Vigentes hoy en día, “Aalto y su círculo no se habrían usado el término ‘sostenibilidad’, explicó a The New York Times Tom Dixon, cuando el británico era director creativo de la casa, y sin embargo “si ves lo que hicieron en Artek con ojos actuales tiene todas las bases sobre las que se afianza el diseño sostenible” en la actualidad.
Fuente de imágenes: Artek