La central térmica desarrolla la primera fase del proyecto que permite extraer biocompuestos de  las microalgas y poder producir superalimento para los humanos.

Algae For Healthy World -A4HW en sus siglas en inglés o “alga para un mundo sano” es el fin con el que siete empresas e instituciones publicas conseguirán una producción industrial de microalgas que haga masivo sus beneficiosos usos en los alimentos.

“Hoy en día se conocen las propiedades generales de las microalgas, pero nosotros queremos ir más allá. Queremos conseguir los extractos de un valor superior a lo que ya se sabe”, explica Roberto Andrés, responsable del proyecto A4HW, que lidera Endesa.

Los fondos FEDER y la Unión Europea permitirán convertir ese objetivo en realidad a través de la Universidad de Cádiz, que se encarga de la coordinación Técnica de la mano del investigador Francisco Javier Fernández Acero y el reconocido chef Ángel León, que ha introducido la bioluminiscencia marina en la hostelería.

El laboratorio de León, Mar Cristal Marilum forma parte del consorcio A4HW, junto con AINIA -centro tecnológico agroalimentario que aglutina a mil empresas del sector-, el grupo de Biotecnología Medioambiental de Investigaciones Biológicas del CSIC, Novatec -empresa de proyectos de ingeniería- y Neoalgae -compañía especializada en el asesoramiento para el cultivo de microalgas-.

El estudio se centra en 3 microalgas: Spirulina, Nannochloropsis gaditana y Pyrocistis.

En el caso de la Spirulina, su uso para consumo humano está ya muy extendido, es sorprendente que no se hayan desarrollado herramientas moleculares para mejorarla, por eso este proyecto es una buena oportunidad para ello.

¿Qué usos culinarios tienen dichas microalgas?

Tanto la Spirulina como los otros dos tipos tienen potencial para conseguir pigmentos-antioxidantes (ficocianina), colorantes y azúcares alimentarios o compuestos bioactivos de naturaleza proteica.

Según reconoce Andrés Sánchez-Biezna, responsable de I+D en Generación de Endesa, “Queremos desarrollar el cultivo y cosechado a escala industrial”.

El proyecto se encuentra en una primera fase, centrada en conseguir el crecimiento de los microorganismos. El proceso consiste en pasar por un cepario, una zona de inóculos totalmente controlada “tipo incubadora”, después se introducen en 12 fotobirreactores de forma plana e inclinada, cuatro de vidrio y seis más en columna. Todos controlados en condiciones óptimas de luz solar, temperatura, consumo de oxígeno y CO2. Todo ello para realizar un buen proceso de fotosíntesis para que crezcan en el menor tiempo.

Sin embargo, es Endesa y Novatec quienes cultivan las microalgas en dos biorreactores tipo raceway, ayudado de unas palas que generan oleaje y permiten que el cultivo sea rápido y factible. Al mes se recolectan, la fuerza centrífuga retira el líquido y se recoge el cultivo, tras congelar la pasta, se liofiliza y se envasa en seco.

El chef Ángel y León es uno de los principales defensores de la incorporación a nuestra alimentación, esta trabajando con el Centro Tecnológico de Acuicultura (CTQUA) de el Puerto de Santa María y con la Universidad de Cádiz, para presumir de un plato elaborado por algas bioluminiscentes cumpliendo su sueño. Apagar la luz del restaurante y disfrutar de 20 minutos a la luz de las algas…

 

Fuente: ElPaís 

 

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