Rogerd y Gerard Moliné son dos diseñadores de Barcelona que han creado con sus Urnas Bios una nueva tendencia: los entierros orgánicos. Además de ofrecer una alternativa más barata y respetuosa con el medio ambiente, las urnas biodegradables permiten transformar las cenizas de familiares y mascotas en una nueva vida a través del nacimiento de un árbol.

Pequeñas plantas sobre una mano

¿De qué se componen estas urnas?

Fabricadas con materiales cien por cien biodegradables que incluyen cáscara de coco, turba compactada y celulosa, la urna se divide en dos partes bien diferenciadas:

  • Una cápsula superior que reúne las condiciones idóneas para la germinación de la semilla.
  • Y una zona inferior donde se colocan las cenizas del difunto.

Ambos compartimentos están totalmente separados uno del otro hasta que la urna comienza a degradarse, momento en el que las cenizas se mezclan con la tierra fertilizante que alimenta las raíces del nuevo árbol. Para elegir, podemos enterrar las cenizas con semillas de roble, arce, haya, ciprés, fresno y pino. Hay dos tipos de urnas: una para personas y otra para mascotas. Su precio, 145 dólares.

De esta forma, los hermanos Moliné proponen una solución inteligente, sostenible y ecológica para afrontar una fase inevitable de la vida humana. Plantean así una forma diferente de ver la muerte, convirtiendo el final de la vida en un proceso de transformación y vuelta a la naturaleza.

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