El PET o PETE es polietileno tereftalato, un plástico que se suele utilizar para hacer envases de bebidas y alimentos. Lo bueno de este material es que se puede reutilizar, lo que significa que tiene otra vida después y en ese sentido es bueno para el medio ambiente. En este post queremos contarte cómo se recicla el PET para que no tengas dudas el respecto, ya que este tipo de plástico está presente en muchos elementos de nuestra vida diaria.
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La forma de identificar estos envases es sencilla: las siglas PET o PETE (correspondientes a polietileno tereftalato, en inglés) reposan en los fondos de estos envases dentro de un triángulo formado por flechas. Contamos con un artículo sobre qué significan los símbolos del reciclaje que te puede ser de mucha utilidad.
Tras la identificación, como para todo reciclaje, lo primordial es el correcto almacenamiento y a partir de la recogida, el proceso puede seguir dos caminos: mecánico o químico.
Mediante esta técnica el plástico PET es troceado para su posterior reutilización y en función de la utilidad que se le vaya a dar, se puede combinar con otros materiales. Por ejemplo, suele mezclarse con arena para conseguir estructuras similares a la firmeza del hormigón.
En el caso de la opción química, existen distintas técnicas:
El proceso mecánico es el más utilizado aunque no es el más eficiente, por lo que se espera que las técnicas químicas se vayan imponiendo paulatinamente.
Esta tercera técnica que, aunque nunca se acabará de imponer del todo tiene muchas ventajas. Los primeros pasos a seguir para reciclar el PET con esta técnica son los mismos que en el caso mecánico o químico:
El resto depende de las necesidades y las posibilidades de los recipientes que utilicemos.
Las ideas para acometer esta reutilización son infinitas y ya podemos ver en tiendas objetos útiles o decorativos confeccionados con botellas, tapones y envases para comida. En algunos casos podemos hablar incluso de ¡obras de arte!
Los tapones de las botellas de refrescos podemos destinarlos a cosas tan dispares como portavelas o pastilleros. Con las bases se pueden confeccionar desde jarrones o macetas a ceniceros o portalápices y usando dos botellas contrapuestas incluso surge un ultra moderno reloj de arena. Hay ya incluso ecoprendas hechas con botellas. Otras ideas apuntan a utilizar los cilindros de PET como una suerte de revistero clasificador o incluso para servilletero personalizado.
También es un material ideal para utilizar en talleres de niños. Además de enseñarles la importancia de reciclar podemos hacer cosas tan divertidas como un barco con un envase rectangular, un tren con una huevera de plástico o construir una torre con envases de flanes y yogures… la imaginación pone el límite porque lo que siempre va a haber son residuos por reutilizar.
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