Estas son algunas de las razones que hace indispensable el reciclaje del vidrio. Una de las ventajas de este material es que se puede reciclar el 100% tantas veces como se quiera sin perder ninguna de sus cualidades. De esta forma, se reduce considerablemente la energía necesaria para su fabricación y el volumen de residuos sólidos en los vertederos (por cada cm cúbico de vidrio se producen 155 kilogramos de desechos).
Según Ecovidrio, el reciclaje de vidrio supone que por cada kilo de vidrio recogido ahorramos 1,2 kilos de materias primas. El vidrio que se produce a partir de material reciclado, además de producir menos desechos, evita la contaminación del aire en un 20%, el consumo del agua en un 50% y se ahorra suficiente energía eléctrica como para mantener una bombilla de 60 voltios encendida durante cuatro horas.
Cadena de reciclaje
Ecovidrio describe la cadena del reciclado de vidrio en siete etapas: consumidor responsable, recogida selectiva, planta de tratamiento, fábrica de envases, envasador, tendero y consumidor.
El consumidor es la pieza clave y el proceso de reciclaje comienza cuando éste actúa de forma responsable depositando los residuos de vidrio en el contenedor correspondiente para este tipo de envases: el verde. Una vez allí, los residuos se recogen selectivamente y se transportan en camiones a una planta de tratamiento. Allí se separan por color y composición y se limpian de todo aquello que haya podido ser introducido en el iglú y que no sea propiamente vidrio (papel, plásticos, corchos…). La separación se realiza manualmente o utilizando equipos específicos como imanes fijos para el hierro, detector de metales no férricos, captadores de cerámicas y piedras, etc.
El siguiente paso es triturar el vidrio para convertirlo en calcín (polvo de vidrio), un proceso natural en el que no intervienen productos químicos. Este nuevo material se vende a los fabricantes de envases que son los que financian parte del proceso de reciclaje. El calcín permite fabricar envases de vidrio exactamente iguales que los originales, pero con la ventaja de que el vidrio reciclado exige una temperatura menor de fusión que las materias primas originales, consumiendo así mucha menos energía. Después de su fundido, el vidrio se vuelve a moldear para fabricar un nuevo envase. El envasador se encarga de distinguir el vidrio reciclado con una etiqueta «punto verde» y el tendero pone a disposición de los consumidores los productos envasados en vidrio. De nuevo el consumidor tiene la responsabilidad de continuar con este importante proceso de reciclaje.
¿Te apuntas al reciclaje de vidrio?
Fuentes: Twenergy / Ecovidrio / Ecoembes / (c) imagen: Ecovidrio