Sería seguramente el hogar ideal para Homer Simpson pero se encuentra ubicada a más de 2.000 kilómetros del idílico Springfield. Dadas sus dimensiones y el aspecto que luce más que casa podemos llamarla mansión, pero ¿qué se puede esperar de una construcción en la asombrosa ciudad de Las Vegas?

La urbe más grande del estado de Nevada, famosa gracias a sus casinos, y a lo fácil que resulta casarse o despedirse allí de la soltería, acoge este ingenio de la arquitectura sostenible edificado a partir de residuos. Y es que todo es posible en Las Vegas.

Una mezcla de vidrio y ceniza componen los bloques de construcción con los que se ha edificado esta residencia. La ceniza fue aprovechada de los residuos de carbón generados por una planta de energía. El vidrio, procedente de 500.000 botellas de cerveza, fue previamente pulverizado de tal manera que alcanzase la textura idónea para mezclarlo con cientos de toneladas del otro “ingrediente” de la fórmula mágica.

Todas las botellas fueron recolectadas en los numerosos establecimientos hosteleros que dan servicio en la ciudad del juego, donde la actividad no cesa a ninguna hora y el consumo de alcohol es elevado. Sin embargo, la idea del grupo de ingenieros que han desarrollado este material no puede ser más sobria. Bautizado de forma descriptiva como “Green Stone”, por su extraordinaria dureza y color, esta suerte de cemento ecológico es tan flexible que podemos admirarlo en  forma de bloques de construcción, columnas, chimeneas, fuentes…

Convertido en una réplica moderna del Swarkestone Hall Pavilion, una mansión británica del siglo XVII de estilo jacobino que aparece en la portada del Hot Rocks de los Rolling Stones, el eco-edificio toma el nombre ahora de Royal Pavilion Morrow.  Para gustos los colores pero, al menos, al “Green Stone” nadie le puede reprochar no ser un material sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

Fuentes: Twenergy / inhabitatecoinventos / imagen vía Inhabitat

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