Otra muy buena noticia es que, además, la sensibilización es cada día mayor, tal y como revelan los datos que maneja la propia Ecovidrio, que sostiene que el 70% de los españoles afirma que recicla vidrio y el 45,4% de los ciudadanos encuestados considera ya el reciclado como una tarea doméstica más a realizar en el hogar.
Pero aún hay puntos negros que superar en esta práctica de reciclado, como es el hecho de que el 61% de los encuestados afirma que deposita vasos de cristal junto con el resto de envases de vidrio; y que un 40% deja platos, cerámica, loza y otras piezas de vajilla. De ninguno de estos materiales es posible extraer el calcín, que es el material resultante de machacar el vidrio mediante unos molinos, dejando un grano de entre 2 y 5 centímetros de diámetro.
Esta materia es la que se funde en los hornos para fabricar después nuevos envases y supone en sí mismo un ahorro energético. ¿Por qué? Porque el vidrio nuevo, llamado «vidrio de composición», necesita fundir arena de sílice y para ello el horno precisa alcanzar entre 1.500 y 1.600 grados. ¿Sabes cuántos grados son necesarios para fundir el calcín? Entre 1.200 y 1.300, lo que supone un ahorro del 25%.
El depósito de cerámica o porcelana en los contenedores de vidrio, además de que no contribuye al cuidado por el medio ambiente, tan sólo entorpece el proceso de reciclaje, hasta el punto de que pueden aparecer incrustados en los nuevos envases como pequeña piedras, invalidando por completo el nuevo producto. Por este motivo es muy importante separar los productos de cerámica y loza y, cuando queramos deshacernos de ellos, llevarlos a uno de los más de 650 puntos limpios que hay en España para que allí reciban el tratamiento más adecuado… incluido ese horrible gato de porcelana que es posible que te hayan regalado hace poco.
Fuentes: Twenergy / La Verdad / Reciclamos.org / Ecovidrio / Europa Press / El País / OCU / Flickr