Así lo asegura un grupo de ingenieros de la Universidad Tecnológica de Swinburne, en Australia. Liderados por Arul Arulrajah, estiman que los 150 kilos de posos de café producidos cada semana en los bares de Melbourne podrían utilizarse para construir cinco kilómetros de carreteras al año, reduciendo así los residuos en los vertederos y la demanda de recursos naturales para este tipo de construcciones.

Para reciclar los restos de café, los australianos ha ideado un proceso que consiste en secar los posos a 50 grados de temperatura durante cinco días para después tamizar el producto y eliminar los grumos. El producto resultante se mezcla con desechos obtenidos de la fabricación del acero (70% café y 30% otros materiales) y una solución alcalina, para comprimir después la mezcla en bloques cilíndricos. Todo ello hace que se obtenga un material fuerte y resistente totalmente válido para la construcción de carreteras y calles.

Esta nueva forma de reciclar el café ayudaría a paliar la contaminación de este producto tan popular y consumido en todo el mundo. Recordemos que una simple dosis de café de cápsula tipo Nespresso utiliza una gran cantidad de recursos en su producción y es muy difícil de reciclar debido a la complejidad de su envase, hecho en un 95% con una mezcla de plástico y aluminio. Con el nuevo descubrimiento de los australianos, su huella ecológica podría verse compensada de alguna forma.

    

Fuentes: swinburne.edu.au

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