En las depuradoras de aguas residuales quedan gran cantidad de lodos o fangos que se van retirando regularmente para tratarlos. Éstos se introducen en digestores que, con la ayuda de microorganismos, proceden a lo que se llama «estabilizar» el fango. Como resultado de este proceso se producen biogases, mayoritariamente metano (gas natural), que se pueden utilizar para calentar dichos fangos y que los microorganismos trabajen mejor. Otra parte de estos biogases se utiliza para generar electricidad y reducir un 30% las necesidades de las propias instalaciones.
Una vez estabilizados los lodos, se deshidratan o secan parcialmente para que sean más manejables, y aquéllos que son aprovechables se destinan a uso agrícola como abonos.
El Canal de Isabel II, la empresa de gestión de aguas de la Comunidad de Madrid, da un paso más en sus nuevas instalaciones de Loeches: mezcla los lodos con restos de tala y poda procedentes, entre otros lugares, de los parques y jardines de Madrid, generando hasta 14.000 toneladas de compost para usos agrícolas, abonar los mismos parques o para terceros. Se eliminan residuos y se enriquecen los abonos al mismo tiempo.
Los lodos no aprovechables, que no pueden ser destinados a uso agrícola, se secan, reducen y finalmente se llevan a vertederos adecuados.
Fuente: Elaboración propia / Canal de Isabel II / flickr.com