Durante muchos años en España toda la basura generada en los hospitales y centros sanitarios se gestionaba en los propios centros ya que disponían, y aún hoy disponen, de hornos incineradores para quemar sus propios residuos. Hubo intentos de mejorar esta gestión. Quedaron algunos núcleos aislados como Madrid, Cataluña, Cantabria o León y algunos hospitales dispersos, en los que se realizaba una eliminación correcta, pero en el resto de los residuos sanitarios se recogían en una bolsa común y su destino era el mismo que el de los residuos domésticos.
En España existen aproximadamente 1.100 centros hospitalarios que producen anualmente 18.100 toneladas de residuos de riesgo, que han de ser tratados correctamente. Hoy en día varias comunidades autónomas han elaborado Decretos que regulan el marco del tratamiento de los residuos hospitalarios.
Podemos separar 8 tipos de desperdicios generados en un hospital:
– Residuos Generales o sólidos urbanos (papel, vidrio, plástico, latas, comida, generados en administración, salas de espera, cocina, cafetería, almacenes…)
– Biosanitarios asimilables a urbanos (vendajes, gasas, bolsas de sangre, sondas, bolsas de orina, que haya estado en contacto con pacientes)
– Biosanitarios especiales (igual que los de clase dos pero patológicos, contagiosos o infecciosos)
– Los residuos químicos (líquidos donde se conservan los órganos, o los productos que se emplean para los tratamientos de ciertas máquinas)
– Los citotóxicos (fármacos que se utilizan en quimioterapia)
– Residuos radiactivos (por tratamiento con radioterapia)
– Vertidos industriales
– Y una categoría especial para restos humanos de operaciones y cadáveres.
Tratamiento adecuado
Los residuos generales y biosanitarios no suponen peligro alguno para la salud y no requieren un tratamiento diferente al que necesitan los Residuos Sólidos Urbanos, por lo que son tratados con éstos.
El resto, salvo los restos humanos, debido a la peligrosidad que entrañan para la salud laboral y pública y el medio ambiente, deben ser tratados aparte. Se depositan, como los residuos tóxicos y peligrosos, en recipientes especiales. Los encargados de hacerlo son los profesionales sanitarios, que los van segregando y guardando en contenedores especiales homologados. En menos de 72 horas una empresa autorizada los recoge y llevará a cabo un tratamiento especial para cada uno: los biosanitarios especiales se esterilizan, se compactan y se tiran a la basura orgánica y los citotóxicos se incineran.
Los restos humanos se guardan en una cámara frigorífica hasta que una empresa determinada se encarga de su recogida e incineración.
La gestión de los residuos hospitalarios es un entramado complejo y delicado y hay que tratarlo con detalle y precisión.
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