Llega el invierno y los aparatos eléctricos y de gas suelen trabajar al 100% para mantener un ambiente y temperatura confortables en hogares y oficinas. La gran pregunta es: ¿Cuál es la temperatura ideal para una casa en invierno? En este post te resolvemos esta y otras cuestiones relacionadas.

Existen diversas estrategias para contrarrestar el gasto energético y reducir significativamente la producción de CO2 en nuestro planeta. La combinación de técnicas de la arquitectura  bioclimática como método pasivo y el buen uso de aparatos tecnológicos como método activo, son los pilares para lograr grandes cambios a nivel ambiental y de eficiencia energética en los espacios que habitamos.

Temperatura ideal en casa

¿Cuál es la temperatura perfecta para el ser humano?

En general, es difícil estandarizar la temperatura perfecta para todos los usuarios, influyen muchas variantes como la vestimenta y las preferencias de sensación térmica de cada persona. La temperatura de confort para el humano, considerando un ambiente sombreado y de actividad pasiva, varía entre los 21°C y los 23°C. Esto es con una humedad relativa de entre el 40% y el 50% según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, IDAE, del gobierno Español.

Aunque la temperatura ideal para la calefacción puede variar mucho según quién realice la recomendación, por ejemplo, el Ministerio de Energía y Minería de Argentina dice que una temperatura de 20ºC es suficiente para mantener el confort, mientras que el Departamento de Salud de Nueva York en Estados Unidos recomienda una temperatura de entre 18ºC y 24ºC con una mínima de 20ºC para menores y personas mayores o con problemas de salud.

Temperatura ideal para el ser humano

La carta bioclimática de los hermanos Olgyay

Existen estudios para establecer el equilibrio entre la temperatura ideal en una casa en invierno y un uso razonable de la energía. Los hermanos Olgyay desarrollan en su obra “The Bioclimatic Chart” (publicado en la década de los años 50 del siglo XX) una revolucionaria carta bioclimática.

En ella se establecen los valores de confort térmico de los humanos a través de la integración de variables fundamentales para el bienestar, como la temperatura y humedad en combinación de otros factores como velocidad del viento, radiación y evaporación. Estos valores permitieron medir la eficiencia energética que un espacio podía proveer.

La arquitectura bioclimática es considerada el método pasivo para alcanzar el bienestar y confort de un espacio. Implica un estudio a detalle para poder identificar los elementos relevantes medioambientales que influencian la sensación térmica de los espacios.

¿Cómo optimizar un edificio si el inverno es predominante?

Para los climas donde el invierno es predominante, se recomienda considerar las siguientes variables al momento de construir:

  • Posición del sol durante el año: Aprovechar por medio de la arquitectura la captación de rayos solares durante el invierno, dejando entrar el máximo de luz solar y creando espacios con “efecto invernadero” en el interior de nuestros hogares.
  • Vientos dominantes: Considerar la orientación del edificio de tal manera que las ventanas no estén expuestas a los vientos dominantes.
  • Materiales: Utilizar los materiales que el sitio ofrece puede reducir considerablemente el uso de energía de la edificación. Evitar el uso de materiales con alto grado de conductividad térmica también es relevante.
  • Vegetación: La ubicación adecuada de árboles y arbustos pueden ser una efectiva barrera térmica. Colocar árboles perennes (que mantienen su follaje durante todo el año) orientados hacia los vientos dominantes de invierno y colocar árboles de hoja caduca (que mantienen su follaje en primavera y verano) para proteger de los fuertes rayos de sol en verano.
  • Espacios: considerar espacios compactos y ubicarlos según su relevancia de uso.
  • Aislantes térmicos: Utilizar aislantes térmicos en ventanas, muros y suelos, en donde se tenga la mayor exposición al frío.

Temperatura ideal de un edificio

Método activo

Si bien en algunas ocasiones se puede aprovechar la planificación de la construcción y poner en uso todas estas estrategias pasivas, en muchas otras ocasiones donde el edificio ya está construido no es imposible aplicar algunas de ellas utilizando creatividad y algo de presupuesto extra.

Como método activo se encuentra el uso adecuado de las tecnologías que están a nuestro alcance. Por ejemplo:

  1. Contar con un termostato: El control adecuado de la temperatura de tu vivienda puede impactar directamente tu consumo de energía,  pues una diferencia de tan sólo  1 grado centígrado permite un ahorro del 10 al 20% del consumo de calefacción.
  2. Calentadores: seleccionar alguno que use de manera eficiente la energía y que sea seguro para ti y tu familia. Por ejemplo, los calentadores infrarrojos, que son aquellos que emiten calor a través de radiación infrarroja y cuyo calor es absorbido directamente por quienes se encuentran en el hogar, por lo que no alteran el nivel de humedad de las recámaras y no emiten gases contaminantes.
  3. Biochimeneas o chimeneas de bioetanol: tienen la ventaja de no producir humo, por lo que no contaminan el aire y tienen la capacidad de calentar un hogar en un corto tiempo. Lo ideal es utilizar la calefacción únicamente en las habitaciones o áreas que estén en uso.

Termostato y la temperatura ideal en invierno


Para poder conseguir la temperatura ideal en su casa u oficina, nuestra recomendación es aplicar a medida de lo posible los métodos pasivos y activos antes mencionados. Como recomendación general, hacer buen uso y dar mantenimiento periódico de los aparatos eléctricos y de calefacción podrán influir en reducir su consumo de energía y extender su tiempo de vida. Nadie debe de sufrir en este invierno, tampoco el medio ambiente, la eficiencia energética está en las manos de todos.

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