En el caso de las plantas termosolares, el objetivo es almacenar la energía solar durante el día y aprovecharla durante la noche o cuando no luce el sol y mantener así una producción de electricidad constante.

Por otro lado, las plantas industriales, de cogeneración y las centrales térmicas pueden mejorar su eficiencia y competitividad al instalar tecnologías de acumulación de energía térmica que, además, les permiten ser más respetuosas con el medio ambiente.

¿Qué se entiende por energía térmica almacenable?

Al igual que el gasóleo y el gas natural se almacenan en depósitos para usarlos cuando sea necesario, la energía solar térmica puede acumularse durante el día para emplearla en los momentos de mayor demanda.

Del mismo modo, el calor residual de procesos industriales en forma de vapor, agua caliente, etc. puede almacenarse para ser utilizado en otros puntos de las instalaciones donde se necesite energía térmica. Así se reduce el consumo de combustibles fósiles para la producción de calor.

¿Cómo se puede almacenar la energía térmica?

En la actualidad existen varias tecnologías para el almacenamiento de energía térmica:

Almacenamiento por sales fundidas:

La sal es un elemento ideal para almacenar calor debido a su fácil disponibilidad y a su gran capacidad de retención de calor, por lo que esta tecnología permite acumular energía a altas temperaturas. Las sales más utilizadas son mezclas de nitratos de sodio, potasio y calcio que funden al calentarse por encima de los 240 º C.

Esta tecnología es la más empleada en las plantas termosolares ya que permite llegar a temperaturas de operación de más de 550º C.

Almacenamiento Subterráneo de Energía Térmica (ASET):

Este tipo de almacenamiento está ampliamente extendido por la alta capacidad calorífica y el buen aislamiento térmico de los materiales que componen el subsuelo. Existen diferentes tipos en función del lugar empleado como almacén:

  • Almacenamiento Subterráneo de Energía Térmica en Acuíferos (ASET-A): el calor se acumula en acuíferos existentes en las capas del subsuelo. La energía puede almacenarse a baja temperatura (menos de 100º C).
  • Almacenamiento Subterráneo de Energía Térmica en Sondeos (ASET-B): la energía térmica se almacena empleando un intercambiador de calor terrestre que consiste en una serie de tubos de polietileno en forma de “U” que se instalan en el interior de los sondeos o perforaciones.

Proyectos de almacenamiento de energía térmica en España

España es el país con mayor capacidad de almacenamiento de energía térmica instalada (1 GW) con más de 25 proyectos puestos en marcha. La mayoría de ellos son plantas termosolares y de solar de concentración (CSP) con sistemas de almacenamiento en sales fundidas. La planta Andasol 1 en Aldeire, Granada, fue el primer complejo termosolar del mundo con almacenamiento térmico. Por otro lado, la planta Gemasolar en Fuentes de Andalucía, Sevilla, tiene una capacidad de almacenamiento de más de 15 horas, lo que le permite funcionar 24 horas al día.

En el contexto energético actual, los avances tecnológicos en el almacenamiento de energía son una herramienta clave para la transición hacia un modelo energético bajo en carbono ya que permiten el avance de las energías renovables.

Muestra de ello es el compromiso de los líderes mundiales durante la última cumbre sobre el cambio climático, donde han acordado la financiación de proyectos de investigación de almacenamiento de energía.

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