¿Qué es el aire acondicionado?

El aire acondicionado es un sistema de climatización que regula las condiciones de temperatura de las estancias mediante un proceso de tratamiento del aire. A pesar de que lo más habitual es identificar el aire acondicionado con el proceso de refrigeración, la mayoría de los modelos ofrecen la posibilidad de satisfacer también la demanda de calefacción.

Los procesos de climatización que siguen los sistemas de aire acondicionado general (también llamado centralizados) y los autónomos son similares. Existe una unidad interior (evaporador), una unidad exterior (compresor) y un sistema de comunicación entre ambas por el que circula un gas refrigerante, agua o aire. El refrigerante absorbe el calor y lo expulsa hacia las estancias o hacia el exterior, dependiendo de si la demanda es de sistemas de aire acondicionado de calefacción o refrigeración. Existen dos tipos principales:

Sistema general o centralizado

El aire acondicionado centralizado, además del evaporador y el compresor, consta de una red de distribución compleja formada por conductos que permiten climatizar con un único equipo varias estancias.

Las principales ventajas que presentan estos sistemas son: – El dimensionamiento de la demanda de climatización es preciso. Esto permite aumentar la eficiencia del sistema de aire acondicionado y reducir el consumo energético con respecto al sistema autónomo.

– Es posible climatizar varias estancias con la misma temperatura y estancias individuales con temperaturas definidas para cada una de ellas a través de sistemas de regulación.

– Beneficia la estética de las estancias, ya que las unidades interiores están más cubiertas y las exteriores no son visibles por los usuarios.

Sistema autónomo

Los sistemas autónomos solo pueden climatizar una o dos estancias simultáneamente. Por tanto, no requieren una red de distribución tan compleja como los sistemas centralizados, sino que las unidades interior y exterior se conectan a través de un sencillo conducto por el que se transporta el refrigerante.

Las principales ventajas que presentan los sistemas autónomos son:

– Al no requerir una obra importante, los costes de instalación son menores que en el sistema centralizado.

– A diferencia de los sistemas centralizados, este tipo de sistema no necesita personal especializado para su mantenimiento, puesto que esta labor es más sencilla.

– En caso de avería, únicamente se ve afectada la estancia climatizada. El resto de zonas con otros sistemas autónomos no se verán afectadas como ocurriría en el caso de avería en la unidad exterior del sistema general.

El sistema centralizado está diseñado para ambientes con un elevado movimiento de gente y una gran demanda de climatización. Su utilización es frecuente en edificios como hospitales, hoteles o colegios de nueva construcción.

En cambio, la instalación de sistemas autónomos es más habitual en edificios con menor demanda de climatización como viviendas, oficinas pequeñas y medianas o edificios de grandes dimensiones de antigua construcción que no opten por realizar obras de gran envergadura.

Por tanto, la elección de un sistema de aire acondicionado general o autónomo depende, además de de la demanda de climatización, de las características del edificio y del coste de inversión y mantenimiento que se desee realizar. ¿Qué sistema crees que tiene más ventajas?.

Fuentes: Elaboración propia / Flickr

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