Ahora que llega de nuevo el invierno necesitamos conocer el sistema de calefacción que utiliza nuestro edificio. Podemos encontrar 2 tipos de calderas en la actualidad (calderas centrales) e individuales (calderas murales).
Indice de contenidos
Tipos de Calderas
Dentro de las calderas centrales encontramos un gran abanico de combustibles con los que pueden funcionar. En España hace años las más comunes eran las de carbón, las más resistentes, con un calor muy intenso, pero extremadamente contaminantes, por ello nos encontramos en pleno proceso de sustitución hacia otros combustibles como, gasoil, gas o actualmente en pleno desarrollo las de pellet o biomasa.
Sin embargo, las calderas individuales o murales básicamente queman gas (natural, propano o butano).
Si quieres saber más infórmate de ¿Cuál es la mejor calefacción?
Calderas Centrales
En las calderas centrales el principal proceso es que la combustión se realiza en un único punto, produciéndose posteriormente la distribución del agua caliente, para agua caliente sanitaria (ACS) y para calefacción a lo largo del edificio.
El sistema de calefacción permitía el que un edificio tuviera calefacción de forma habitual mediante una distribución de costes por vivienda de forma directa a los m2 de la misma, más allá de uso o no del sistema, así como de la habitabilidad o no de la vivienda. Este sistema, además, provoca la gestión unipunto de los mantenimientos y averías de los equipos, lo que significa, que si la caldera se estropea, toda la comunidad se queda sin servicio. Sin embargo el coste de la reparación se divide entre todos los vecinos.
Una de las ventajas era la compra del combustible, que hacía que dicho sistema fuera accesible a la mayoría de los edificios gracias al bajo coste del combustible comparado con otros, ya que de otra forma no podrían acceder a sistemas de calefacción de otra tecnología.
Calefacción de gas
El fin de estos sistemas de calefacción a través de gasoil, llega con la incorporación en el mercado del gas natural que permite la llegada de combustible de una forma individual a los usuarios domésticos, permitiéndole individualizar el gasto de su vivienda de la del resto de vecinos, haciendo así únicamente el pago de la energía que consume él, y no el resto de la comunidad.
Calderas individuales
La re-distribución de costes a través de la llegada de un nuevo combustible produce que se comience una época de cambio en los sistemas instalados, comenzando la instalación de calderas individuales que proporcionaban a cada individuo ACS y calefacción en su hogar de forma independiente a la de la comunidad, sin la necesidad tampoco de estar atado a los horarios de funcionamiento o fechas de comienzo y fin de la calefacción comunitaria.
El crecimiento de las calderas individuales produce que también evolucione la tecnología, llegando a producir ahorros del 30% a través de la tecnología de condensación. Si bien, esta tecnología ya ha llegado a las calderas centrales, que actualmente, además de provocar estos ahorros en energía, también pueden producir sinergias y ahorros en los servicios y distribución del calor.
Por lo tanto, ¿cuál de los sistemas es más rentable para el usuario?
¿Qué calefacción es más rentable?
Actualmente la tecnología ha avanzado tanto que se han desarrollado sistemas que minimizan las pérdidas de calor a través de los circuitos a la par que se están implantado en el mercado unos repartidores de costes para las calderas centrales, de forma que cada usuario instala uno de esos medidores y únicamente abona el uso de combustible y mantenimiento proporcional al uso que cada vecino ha realizado, haciendo así frente a la totalidad de costes incurridos por el combustible y la operación y mantenimiento del servicio. Esto, sobre las calderas centrales, resuelve el reparto de costes y la limitación en la usabilidad del sistema, al mismo tiempo que permite la compra de combustible en mayor volumen, y minimiza los costes de mantenimiento, aunque las decisiones sobre todos estos aspectos siguen siendo mancomunadas de la totalidad de los vecinos, pudiendo ser este uno de los puntos en contra que mantienen este tipo de infraestructuras comunes.
En contra, las calderas individuales que permiten la personalización en la usabilidad del sistema, así como el reparto individual del coste de combustible, cuyo coste normalmente es un poco más elevado que para calderas centrales (por su volumen y tarifa), y cuyo coste de mantenimiento individual es asumible, aunque cuando lo multiplicamos por la totalidad de vecinos de una comunidad, no es proporcional al del sistema completo, es decir, el agregado de todos los vecinos suele ser muy superior al que sería el de un único sistema para todos los vecinos.
Únicamente tendríamos que ver el sobrecoste que supondría la aplicación sobre el mismo sistema de energías renovables como la energía solar térmica, geotermia o micro-cogeneración… tecnologías todas cuyo máximo aprovechamiento en la actualidad está en el aprovechamiento centralizado de infraestructuras, por lo que se maximiza la capacidad de estos sistemas a través de las calderas centrales, aunque probablemente cuando la tecnología avance, su rendimiento será bueno también para instalaciones individuales.
¿Qué tipo de caldera elegir?
Dependiendo del número de vecinos, pisos del edificio y estado del sistema de distribución y aislamiento del mismo dependerá el elegir un tipo de caldera y otro.
En aquellas comunidades que ya es una realidad la Calefacción Central se recomienda que se continúe por ese camino, debido a que la instalación ya está montada y los vecinos acostumbrados. Además con una correcto uso y un cambio de combustible renovable como la el Pellet o la Biomasa los costes serán muy inferiores comparado con otro tipo de combustible.
Si tu comunidad cuenta con pocos vecinos y las instalaciones no están preparadas para una caldera central habrá que comparar los presupuestos a corto y largo plazo, para rentabilizar dicha inversión.
Como punto en común para cualquier tipo de calefacción, es el aislamiento de las viviendas, si a través de puertas o ventanas se pierde el calor del la casa, gastaremos mucho más en calefacción. En el caso de las calefacciones centrales puede llegar hasta el punto de que el calor no llegue correctamente a los pisos más altos.
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