¿Como funciona una nevera? Un frigorífico se compone de un circuito cerrado, por el que circula un fluido refrigerante, que absorbe el calor del electrodoméstico, para llevarlo fuera. Por un lado del circuito, el líquido se condensa, por el otro, se evapora y se convierte en un gas refrigerante. Ambos procesos tendrán que ver con diferencias de presión y con el calor interior del aparato. Pero lo cierto es que, como se trata de un circuito, el gas refrigerante vuelve a ser líquido, y al atravesar el serpentín (o tubo en espiral exterior), suelta su calor a la atmósfera. Esto lo hace a través de las paredes del tubo condensador. El circuito se repite varias veces, hasta que la nevera alcanza la temperatura deseada y el líquido deja de fluir por el sistema.

Los modelos convencionales disponen de un único compresor para el congelador y el refrigerador. Los llamados Combi tienen un gran congelador abajo, y el frigorífico arriba. A diferencia de los anteriores, poseen dos motores independientes, uno para el frigorífico y otro para el congelador. De esta manera, consiguen mayor rendimiento y la temperatura de los compartimentos se puede regular por separado.

¿Cómo aprovechar bien tu nevera?

  • La puerta es la clave del ahorro. Vigila que cierra herméticamente y que no permite que el aire frío se escape (pon una hoja de papel al cerrar la puerta; si se cae o se desliza hay que cambiar las gomas).
  • Para no abrir la nevera más tiempo del necesario, piensa antes qué vas a sacar, y ten organizada la comida de tal manera que la que uses más frecuentemente esté más a mano.
  • La parte trasera necesita permitir la circulación de aire, con una distancia mínima de unos 5 centímetros. La nevera debe estar lejos de focos de calor o de la luz solar directa. Y es que, a diferencia de otros electrodomésticos, sus prestaciones dependerán del lugar donde la coloquemos.
  • Limpia al menos un par de veces al año las rejillas de la parte trasera, para que la ventilación no se obstruya.
  • Regula la temperatura y recuerda que cada grado de frío supone un aumento del 5% en consumo de energía.
  • No introduzcas comida caliente, es una pérdida de frío y tu nevera gastará más energía para enfriarla.
  • En contra de lo que podemos pensar, una nevera llena (al menos en dos tercios) consume menos que semivacía. Los alimentos retienen mejor el frío que el espacio vacío. No hay que pasarse, sino disponer los alimentos de tal forma que favorezcan la circulación del aire frío.
  • Por esta misma razón, elige bien el tamaño de tu nevera: las pequeñas consumen menos y las grandes, más. Por tanto, elige la que se adapte a tus necesidades reales.
  • Si tu nevera es antigua (no tienes sistema no-frost), quítale bien la escarcha, al menos cada vez que supere los 5 mm. La escarcha es un aislante y puede hacer que tu refrigerador gaste hasta un 30% más.
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