– Compra una lavadora con etiquetado energético de clase A.
– Comprueba que la etiqueta también tiene clase A de lavado.
– Evalúa la posibilidad de comprar una lavadora con sonda de agua: miden la suciedad del agua y sólo la cambian cuando es necesario.
– Limpia regularmente el filtro de la lavadora: funcionará mejor y ahorrarás energía.
– Pon la lavadora siempre a carga completa.
– Aprovecha el calor natural para secar la ropa, en vez de la secadora.
Gracias a pequeñas prácticas como éstas, se consigue una utilización más eficiente del aparato, además de ahorrar dinero en nuestras facturas.
Fuentes: Elaboración propia / IDAE / Flickr