Este efecto puede comprobarse fácilmente en un coche expuesto al sol. Si la radiación del sol incide sobre los cristales, la temperatura en el interior aumentará rápidamente aunque el ambiente exterior no sea particularmente cálido.
Existen diversas formas de reducir la radiación que incide sobre las ventanas: toldos, lamas, cortinas… Algunos de estos elementos son fijos y otros son móviles, pero todos consisten en un sombreamiento que evita la radiación directa sobre el cristal.
Otra posibilidad de reducir el impacto de la radiación solar son las láminas solares. Estas láminas se adhieren a los vidrios de las ventanas y son opacas a la radiación infrarroja aunque transparentes a la radiación visible. La principal ventaja de estos dispositivos es que permiten el paso de la luz pero no del calor, reduciéndose la demanda de refrigeración en las viviendas o edificios.
Las láminas solares pueden absorber y reflectar hasta el 80% del calor proveniente de la radiación solar.
Principales ventajas de las láminas solares
– Reducción de la entrada de calor en los edificios
– Bajo coste. El coste de las láminas solares ronda los 50 € por m2
– Fácil instalación. La principal ventaja de estos dispositivos es que están preparados para edificios existentes. Las láminas se ajustan al cristal existente y se instalan en sólo unos minutos
– Otras ventajas. Estas láminas, además de reducir el consumo en refrigeración, tienen otras aplicaciones como conseguir opacidad en las ventanas o reducir el riesgo de corte en caso de rotura de los cristales.
Principales inconvenientes de estas láminas
– Reducción de la luz natural que entra por las ventanas. Aunque las láminas son transparentes a la radiación visible, ésta sí se ve ligeramente reducida
– Durabilidad. La duración de las láminas depende de su disposición. Si se instalan en la cara exterior de las ventanas son más efectivas, pero se degradan rápidamente.
Fuentes: Elaboración propia / Guía de Rehabilitación energética de edificios y viviendas (Comunidad de Madrid) / flickr.com