Y ahí es donde entran las chimeneas de bioetanol. Las chimeneas de bioetanol están despertando cada vez más el interés de los consumidores y se están convirtiendo en una alternativa que se tiene cada vez más en cuenta como sistema de calefacción. Estos dispositivos, que también se conocen como biochimeneas, son más respetuosos con el medioambiente, ya que emplean combustibles ecológicos y limpios. Su aspecto es además bastante decorativo, lo que ha hecho que su atractivo haya aumentado. Para muchos, las chimeneas de bioetanol son la manera de conseguir tener una chimenea en casa sin hacer obra. Para otros, estas chimeneas son, sobre todo, una alternativa a los sistemas de calefacción tradicionales.

El abanico de precios en el que se mueven estas biochimeneas es igualmente muy amplio, lo que hace que se puedan encontrar opciones para todos los bolsillos y para todos los tipos de consumidores. Según el tamaño, el diseño y la capacidad calorífica, hay diferentes modelos y diferentes precios disponibles, lo que permite que las biochimeneas se adapten a los gustos y necesidades de muchos tipos de compradores.

Los beneficios de las chimeneas de bioetanol

Quizás el principal beneficio de las chimeneas de bioetanol es que, a diferencia de otro tipo de chimeneas y de otro tipo de sistemas de calefacción que implican quemar algo, no necesita instalación. No hay que tener previamente una chimenea para poder cambiarla por esta y ni siquiera es necesario contar con una salida de humos. Las chimeneas de bioetanol simplemente requieren llenarlas con esa substancia, prenderle fuego y disfrutar de ella.

De hecho, algunos modelos son incluso móviles. Al no necesitar instalación, pueden llevarse al lugar de la casa en el que se quiera tenerlas en el momento que se quiere usarlas.

A eso se suma que son limpias (no hay ni humo ni residuos, lo que también reducen sus necesidades de mantenimiento) y sostenibles. El alcohol de bioetanol se genera fermentando productos vegetales, como la caña de azúcar, la remolacha o el maíz, lo que hace que sean mucho menos contaminantes en su uso que las chimeneas tradicionales o los sistemas calefactores que usan combustibles fósiles.

Por otra parte, el rendimiento calorífico de este tipo de chimeneas es superior al que pueden tener las que emplean combustibles como la leña. Todo lo que emite la biochimenea es calor y todo el calor que lanza se queda en la habitación en la que está situada.

A eso, los expertos en chimeneas suman que son dispositivos bastante seguros, a pesar de que se vea una llama abierta en muchos modelos. Siempre que se compren modelos homologados y de calidad y que se cumplan con las recomendaciones de seguridad, las chimeneas de bioetanol no deberían suponer un problema en este terreno.

Cómo elegir la chimenea de bioetanol más adecuada

Antes que nada, hay que pensar en dónde se querrá situar la biochimenea y cómo la vamos a emplear. En el mercado hay modelos tanto para exterior, que permiten crear atmósferas más acogedoras en jardines y terrazas, como para interior. Dentro de este modelo se pueden encontrar chimeneas de pared (que requieren una instalación más compleja) o de sobremesa y móviles.

Una vez que se tenga claro dónde la situaremos y con qué presupuesto contamos, hay que pensar en el espacio que queremos cubrir con la biochimenea. El tamaño de la misma implicará una variación en lo que se puede y lo que no calentar con ella. Los expertos suelen recordar que, a diferencia de otros formatos de chimeneas y calefactores, este tipo de biochimeneas no pueden calentar una casa de gran tamaño usando una única chimenea, aunque sí dan buenos resultados en espacios concretos o más pequeños.  Igualmente, en esos espacios más reducidos la chimenea puede actuar muy rápido. En unos 40 minutos, puede tener la zona ya caldeada y con una temperatura que resulte agradable.

Los únicos problemas que podría tener que afrontar el consumidor con respecto a las chimeneas de bioetanol están en la vida útil, por así decirlo, del calor y en los costes del combustible. A diferencia de otros formatos de calefacción, estas biochimeneas no generan calor residual. Una vez que se apagan, dejan de generar calor. Por otra parte, el bioetanol es más caro que otros combustibles y la biochimenea lo necesitará de forma constante. Para mantenerla activa y en funcionamiento, se necesita una media de un litro de bioetanol por cada 4 a 5 horas de actividad.

FUENTES: Elaboración Propia, TwenergyHabittisimo, CaloryFrío, Consumer

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