Aunque muchas grandes empresas de electricidad, como es el caso de Endesa, apuestan por el futuro de las energías renovables, lo cierto es que en la actualidad se utilizan más las energías no renovables para generar electricidad.

Ello significa que los recursos utilizados para conseguirla se van agotando, y que el daño al medio ambiente seguirá pasando factura.

Ahorrar energía no es solo una cuestión económica, se trata de un ahorro de recursos. Es cierto que necesitamos la energía para el transporte, para la conservación de los alimentos, para la industria, la ganadería, los hospitales y para todas las cosas importantes que hacen que tengamos una calidad de vida aceptable.

Pero existen varios motivos por los que es necesario ahorrar energía en lo que se pueda, y está en nuestras manos ayudar a la Tierra desde el hogar, pues nuestro hogar es este planeta.

Pero además, debemos lograr ser independientes como país en algunos aspectos, de ese modo las negociaciones con algunos países podrán ser de otra manera.

España utiliza mayoritariamente el petróleo para crear energía, e importa el 99%, por lo que estamos obligados a llegar a acuerdos con otros países y dependemos de ellos en este sentido.

También la eficiencia energética crea puestos de trabajo. Los formadores, los arquitectos, las personas que cambian tu ventana, los albañiles que construyen un edificio… en la actualidad, muchos edificios y casas se diseñan para conseguir un ahorro de energía óptimo.

También es posible, para los edificios que ya tienen unos años y no están diseñados específicamente para ahorrar energía, contratar a una Empresa de Servicios Energéticos (ESE).

El objetivo de estas empresas es el ahorro de energía, para ello implementan acciones para mejorar la eficiencia energética que se utiliza o añaden fuentes de energía renovable posibles. El pago de sus servicios se basa en los ahorros energéticos que se han logrado.

Aunque existan varios recursos para ahorrar energía de manera general, el ahorro energético empieza con la concienciación individual de cada persona cuando ha comprendido el verdadero motivo de esta necesidad. Para empezar a entenderlo, podemos fijarnos en cómo gestionamos la energía en nuestros hogares.

Refréscate sin aire acondicionado

Hay muchas formas de bajar la temperatura sin utilizar el aire acondicionado. Un dato: un ventilador gasta un 90% menos de energía que el aire acondicionado y su aire produce un descenso de la temperatura de entre 3 y 5 grados. Por ello, se recomienda utilizar ventiladores de techo o de pared que ayudan a disminuir la temperatura con el movimiento del aire.

ventilador de Techo

Aún así, en la actualidad se fabrican aparatos de aire acondicionado que consumen menos energía, la clave está en saber utilizarlos. La temperatura debe ser inferior a 25° en verano y a unos 21 en invierno. Se deben cerrar puertas y ventanas y no es necesario que siga encendido cuando no hay nadie en la estancia. Una vez refrescado o calentado el ambiente, tampoco es necesario que el aire acondicionado siga encendido.

Probablemente, ante temperaturas extremas en el exterior, se tenga la tentación de subir o bajar la temperatura, dependiendo de si es verano o invierno.

Esta acción va a suponer un gasto de energía, por lo tanto de dinero; además es peligroso para la salud pues el cuerpo sufrirá un cambio brusco cuando salgamos a la calle.

Aprovecha la luz natural

En verano tenemos más horas de luz y eso nos puede ayudar a ahorrar energía y dinero si sabemos aprovecharlo. Si no queda otra opción que encender las lámparas, lo más recomendable es utilizar bombillas de bajo consumo. ¿La razón? Gastan hasta un 75% menos y duran 8 veces más.

Luz Natural

La energía solar pasiva es una solución tanto en verano como en invierno. Muchos edificios de nueva construcción están diseñados para aprovechar la energía del sol sin necesidad de instalar paneles ni mecanismos, se trata de que la orientación sea la adecuada.

En algunos edificios que no están diseñados para ello también es posible aprovechar la energía solar pasiva haciendo algunos cambios bajo la supervisión de un arquitecto o de una Empresa de Servicios Energéticos.

Si no es posible realizar esa inversión, el sentido común hará que se aproveche al máximo la luz del sol tanto en verano como en invierno.

Consume en horas valle

Las horas valle son el contrario de las horas punta. En referencia a la luz, se refiere a las horas del día en los que la luz es más barata. Algunas empresas de electricidad, como Endesa, dan la opción de elegir durante qué horas pagar menos o no pagar luz, esto hace que se puedan realizar las acciones que requieren electricidad durante el período de tiempo que se elija sin que ello suponga un gasto. Por ejemplo poner la lavadora, el lavavajillas o cualquier otra acción.

Genera corrientes en casa

Cuando el sol llega a su cenit calienta la superficie terrestre, unas horas más tarde es cuando se registran las temperaturas extremas.

En España, las temperaturas extremas no tienen por qué darse a mediodía, pueden darse durante la tarde en verano ya que el sol no llega a su posición más alta a las doce del mediodía y, una vez ha llegado, son necesarias unas horas para el calentamiento de la superficie terrestre.

Así, para generar corrientes de aire en casa será necesario aprovechar las horas en las que el sol todavía no ha llegado a su punto más alto. Las horas en las que la corriente de aire puede ser más fresca suelen ser a partir de las seis de la mañana, cuando la corteza terrestre se ha enfriado.

Corrientes de aire

Para generar corrientes de aire en casa es necesario tener en cuenta desde qué lugar del exterior va a provenir el aire y por cuál va a salir. Se elegirá el lugar más fresco para abrir un poco las ventanas, y el más caluroso para dejar salir el aire. Si la apertura por donde debe salir el aire es mayor que la que permite su entrada, la corriente de aire será mejor.

Baja las persianas

Y corre las cortinas en las horas de mayor exposición al sol. De esta forma, al no entrar la luz directa del sol, se evita que la temperatura aumente. La finalidad es mantener la temperatura que se ha podido generar durante la noche y las horas en las que hace menos calor.

Ventila por la noche

Por la noche y durante las primeras horas de la mañana, las temperaturas son más bajas. En esos momentos es cuando hay que ventilar la casa para intentar bajar las temperaturas del interior.

Aire acondicionado con control de temperatura

Si no hay más remedio que utilizar el aire acondicionado, lo mejor es mantener una temperatura de entre 24ºC y 26ºC con el fin de gastar menos energía al mismo tiempo que nos refrescamos.

Control de Temperatura

Es importante que el aparato tenga termostato para controlar las temperaturas. Otro consejo a tener en cuenta: mantén las ventanas cerradas mientras esté el aire funcionando.

Apaga las luces

Y aparatos electrónicos. Apagar los aparatos electrónicos que no utilizamos reduce la generación de calor en casa. A la hora de sustituir los viejos, es fundamental elegir aquellos que ahorren energía y que desprenden menos calor.

Desplázate en bicicleta, bicicleta eléctrica, patinete eléctrico o a pie.

Las buenas temperaturas del verano son una buena excusa para sacar la vieja bicicleta del trastero y   pedalear, o para caminar. Olvídate del coche y desplázate de forma sostenible.

Movilidad Eléctrica

Viste con ropa fresca

En verano, evita ropa apretada y utiliza prendas con tejidos naturales, como algodón o lino. Vestir con ropa transpirable y ligera cuando hace calor hará que retrases la hora de encender el aire acondicionado.

Las mejores recetas de comida fría

Otra manera de refrescarse cuando el termómetro está que arde es comiendo platos fríos: ensaladas, zumos, gazpachos y sopas frías o fruta harán que lleves mejor el verano sin la necesidad de abusar de los ventiladores y aparatos de aire. Te refrescarás por dentro y por fuera.

Comida Fresca

Tapa las sartenes y ollas al cocinar

El vapor de las sartenes y ollas al cocinar hará que el calor se extienda por la cocina y es posible que por el resto de la casa, siendo necesario algún aparato para refrescar el ambiente. Al taparlas, se reduce el vapor y se acelera la cocción, ahorrando también de este modo energía en la cocina. Así mismo, se ensuciará menos.

Aprovecha el calor residual del horno y vitro

Cuando los alimentos estén casi cocinados, apaga el horno o la vitro, el calor que queda en ellos hará que terminen de cocinarse y quedarán en el punto perfecto.

Desconecta aparatos eléctricos

El ordenador, la televisión, el ventilador apagado, el cargador del móvil, el lavavajillas, la lavadora… todos esos aparatos que no estás utilizando pero siguen conectados a la corriente están consumiendo electricidad. Cualquier aparato eléctrico enchufado a la corriente consume electricidad.

Ahorro energético-dejar abierta la nevera y el congelador

La nevera es el aparato electrónico que más energía consume en los hogares, y el que no se puede desenchufar. Pero podemos tener en cuenta algunas acciones para que gaste menos energía. Su mantenimiento es muy importante, y la temperatura a la que está programado también, no solo porque una nevera en mal estado gastará más energía, también porque depende de su correcto funcionamiento el que comamos alimentos en buen estado.

Seis grados son suficientes para la nevera, a no ser que algunos alimentos requieran menos grados, y para el congelador una temperatura -15° es suficiente, siempre dependiendo de los alimentos.

Frigorífico Abierto

Otra de las acciones a tener en cuenta es cuando dejamos la nevera abierta mientras elegimos el alimento que queremos, mientras bebemos agua, o por despiste. Lo mismo ocurre con el congelador. Ello supone un gasto anual que se podría disminuir en un 20%

Cierra puertas y ventanas con el aire acondicionado

Parece obvio, pero algunas veces, ya sea por despiste, por pereza o porque se entra y se sale de la estancia, no siempre se cierran las puertas y ventanas. Al cerrarlas correctamente el ambiente rápidamente alcanzará la temperatura deseada.

Tengamos en cuenta los recursos que se necesitan, tanto materiales como físicos, económicos y políticos, para crear la electricidad que utilizamos.

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