No podemos decir que no sabíamos que después de los turrones de navidad, y las torrijas de semana santa llegaría el destape. Así como tampoco podemos negar que la obligatoriedad de certificar energéticamente los edificios existentes era una crónica anunciada. Ahora que truena, corremos todos: propietarios desinformados, inmobiliarias, certificadores y registros en vías de ser habilitados.
Pero la oportunidad real ante la que nos encontramos no es la del “mercado de las etiquetas”, no se trata de entrar en el bikini para ir a la playa, olvidémonos de pastillas milagrosas, aprovechemos la coyuntura para que nuestro parque inmobiliario sea más eficiente energéticamente.
Una mejor calificación implicará un mejor posicionamiento en el mercado inmobiliario, un uso de la energía más eficiente, con el consecuente ahorro económico y reducción de emisiones. El certificado energético debe ser la palanca para implantar medidas de mejora, para rehabilitar, para dotar los edificios de sistemas de monitorización y control de consumos. Ahora es el momento, empecemos por los edificios en los que vivimos y continuemos por las organizaciones en las que trabajamos.
Y ya que estamos, propongo hacer bien las cosas, analizar la situación de partida con una buena auditoria, trazar un plan estratégico, definir unos objetivos smart y unos indicadores de desempeño para medir el grado de cumplimiento, implantar medidas, evaluar el resultado, revisar el plan y entrar en un ciclo de mejora continua que nos lleve a vivir… disfrutando de una alimentación sana y equilibrada.
Recientemente he tenido el placer de participar en un curso de AENOR sobre la norma ISO 50001 de Sistemas de Gestión de la Energía. [Se trata de una norma internacional que especifica los requisitos para establecer, implementar, mantener y mejorar un sistema de gestión energética, con el propósito de permitir a una organización contar con un enfoque sistemático para alcanzar una mejora continua en su desempeño energético, incluyendo el uso de la energía. No establece requisitos absolutos más allá de los compromisos incluidos en la política energética, del cumplimiento de los requisitos legales aplicables y la mejora continua.]
En el curso concluimos que “tener un plan”, véase instaurar un ciclo de mejora continua (PHVA: planificar, hacer, verificar y actuar) para la gestión de la energía conlleva beneficios por reducción de costes y aumento de la competitividad y además, capacita para cumplir con los requerimientos de la legislación en materia de energía.
Moraleja: si quieres tener un cuerpo eficiente etiquetado con una “A” todo el año, sigue una alimentación variada, come con moderación cinco veces al día, bebe mucha agua, haz ejercicio y a disfrutar de la vida.
No esperes más, empieza ya, como dice Fernando Álvarez autor del código del éxito: “Esfuérzate para que no te cueste esfuerzo”.
Hoy puede ser un buen día.
Fondo musical: I Gotta Feeling de The Black Eyed Peas
Fuentes: Twenergy / imagen aportada por la colaboradora Marisol Fernández