Si nos fijamos en los primeros, tanto los pellets como las briquetas se diferencian de leñas y astillas por su alta densidad (más de 1.000 kg/m3), si bien las briquetas son más grandes, superando los 3,5 centímetros de diámetro. Su forma acostumbra a ser cilíndrica, aunque algunos fabricantes emplean formas octogonales o rectangulares, son 100% ecológicas y naturales.
¿Cómo se producen las briquetas? Como hemos visto en otras ocasiones al referirnos a los pellets, este biocombustible viene de la compactación de biomasa, fundamentalmente astillas. Su ventaja frente al carbón salta a la vista: más barato, menos contaminante –no contiene azufre- y un menor contenido en cenizas (<1%), entre otras.
Llegados a este punto y dada su similitud, ¿cuándo deberíamos inclinarnos por las briquetas en vez de los pellets? Fundamentalmente para el uso doméstico en chimeneas, estufas, salamandras, hornos y calderas individuales y también en actividades industriales (2 kg de briquetas sustituyen a 1 litro de gasoil). Los pellets, por su parte, debido a su fácil manipulación han terminado por ser una alternativa óptima a las calderas de carbón mineral de las comunidades de vecinos.
Una de las ventajas de las briquetas frente a las astillas o la leña radica en su poder calorífico pues a su mayor densidad se une también su nivel de humedad, que es muy inferior, pudiendo alcanzar las 4.700 Kcal/kg. Estos valores pueden variar, claro está, en función del material con que se ha fabricado el biocombustible. Asimismo, la combustión de las briquetas es tranquila y constante (arden más despacio que la madera –incluso, que los pellets-), por lo que permanecerán más tiempo en el hogar. Ello es debido a su densidad y al menor contenido de aire en su interior.
¿Ya se utilizan? El uso de las briquetas y pellets se está generalizando en toda Europa como una alternativa a los combustibles fósiles, dados sus precios estables y más bajos que los combustibles líquidos. En España hay algunos fabricantes como Grupo Ider, Briher y Gondasa. Por otro lado destacar que en otras regiones, como África, con la ayuda de las Naciones Unidas, se está produciendo un desarrollo rural importante gracias a la creciente utilización de las briquetas, fundamentalmente para cocinar.