La biomasa forestal es el material natural que se extrae de los bosques para su uso como recurso energético.
Estas acciones de extracción también son necesarias para evitar y reducir la propagación de incendios pero pueden ser muy perjudiciales para el medio ambiente si no se llevan a cabo bajo una gestión adecuada.
Los datos acerca del uso energético a partir de la biomasa son fáciles de obtener; sin embargo, no es tan sencillo conocer la cantidad de biomasa a partir de la cual ponemos en peligro la salud del ecosistema.
En realidad, más que la cantidad de biomasa a extraer, lo que resulta prioritario es conocer los recursos que pueden verse dañados en cada caso particular, puesto que cada zona tendrá riesgos ambientales diferentes.
Por tanto, en cada proyecto de aprovechamiento forestal será necesario analizar:
– El efecto sobre el ecosistema
– El efecto sobre las especies protegidas
– La incidencia sobre la fertilidad y la estructura de los suelos
– El análisis de otros problemas ambientales derivados de la contaminación y el ruido.
Además, el impacto será mayor o menor dependiendo del tipo de extracción que se realice y de la maquinaria a emplear.
Toda esta información permite analizar en detalle cada explotación forestal con el fin de cuantificar la biomasa potencialmente disponible garantizando la sostenibilidad del ecosistema.
Ordenación y gestión sostenible
Para un aprovechamiento sostenible de la biomasa en los bosques será imprescindible llevar a cabo frecuentemente tareas de ordenación y gestión forestal, que consideren las medidas oportunas para prevenir y mitigar los impactos negativos de la extracción.
Existen procedimientos sostenibles de gestión de los bosques que garantizan la salud de los ecosistemas y el uso continuo de su biomasa. Uno de los más destacados es el aprovechamiento de la biomasa residual de las limpiezas de las zonas de cortafuegos.
¿Qué opinas de las plantaciones forestales destinadas exclusivamente a fines energéticos?