El trabajo de estos tres profesores universitarios es el último paso de una evolución que se inició en el siglo XIX de la mano Thomas Edison con la invención de la bombilla incandescente de filamento de carbono. Estas bombillas convivían con las luces fluorescentes que utilizaban gas para funcionar.

No fue hasta 1962, cuando el estadounidense Nick Holonyak Jr. de la Universidad de Illinois, patentó el primer diodo de luz roja LED. Un hito que marcó el nacimiento del LED de producción industrial.

Gracias al desarrollo de nuevos materiales semiconductores, los LED comenzaron a producirse en diferentes colores: verde, naranja y amarillo, al mismo tiempo que su rendimiento y efectividad mejoraban a pasos agigantados.

En gran reto de los científicos de la época era conseguir un LED azul que abriera el camino al desarrollo de un LED emisor de luz blanca. En 1986, Akasaki y Amaro trabajaron juntos en la Universidad de Nagoya (Japón) donde consiguieron crear cristales de nitruro de galio de gran calidad y semiconductores de tipo P, lo que dio paso en 1992 a la invención de los primeros LED que emitían luz azul.

Por su parte, Nakamura -nacionalizado en EEUU- trabajaba en la pequeña empresa de Tokushima Nichia Chemicals donde también hacía grandes avances: el científico desarrolló el primer LED azul brillante, además de un LED muy eficiente en la gama de espectro verde y posteriormente, el esperado LED blanco. Los inventos de estos tres profesores universitarios marcaron un antes y un después en la tecnología lumínica. Sin la luz azul, las lámparas blancas no podrían haberse creado.

Los LED iluminan el siglo XXI

La tecnología LED está cada vez más presente en nuestras vidas. De hecho, lleva utilizándose desde hace más de 30 años en diferentes áreas como instalaciones industriales, automóviles, publicidad, pantallas de televisión, ordenadores, teléfonos móviles, etc. Su invención fue crucial para el desarrollo de dispositivos cotidianos como discos Blu-ray o impresoras láser.

La buena noticia es que su desarrollo técnico sigue avanzando y los LED de color blanco están marcando récords, superando ya los 300 lumen (flujo luminoso) por vatio frente a los 16 de las bombillas incandescentes y los 70 de las lámparas fluorescentes. Otra de sus grandes ventajas es su mayor eficiencia energética, lo que supone un gran ahorro en el uso de recursos naturales y un importante paso en el cuidado del medio ambiente.

Si hablamos de consumo de energía, las bombillas LED producen cuatro veces más luz que una bombilla fluorescente y casi 20 veces más que una incandescente. Otro dato a su favor: duran diez veces más que una bombilla fluorescente y 100 veces más que una incandescente. No hay duda de que los LED han tomado el relevo a las bombillas y están revolucionando la iluminación del siglo XXI.

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