Tras un proceso de varios años de medición del impacto ambiental y el potencial energético de la zona, midiendo factores como la generación máxima, con una simulación de la topografía, dirección y comportamiento del viento, temperatura y presión,  se determinó que, por la cercanía con las zonas comerciales y las diversas competencias, el parque eólico podría instalarse y ser rentable.

La construcción tardó dos años, con una inversión aproximada de $44 millones y por fin, en 2013, el proyecto empezó a operar.

El Proyecto Eólico Valle Central alimenta a 13.500 familias de la zona que reciben electricidad de fuentes renovables, la cual se complementa de manera estratégica con la principal fuente de energía del país, la energía hidroeléctrica. Esto, debido a que en los meses del verano el caudal de los ríos baja, las empresas generadoras deben sustentar el sistema con energía firme, en la mayoría de los casos con combustibles fósiles. Provechosamente la energía eólica tiene su pico en la temporada baja de la energía hidroeléctrica.

Pese a sus múltiples beneficios para el medio ambiente, que incluyen una fácil operación con tan solo cuatro personas a cargo del parque, poco mantenimiento, una huella de carbono casi nula y una fuente completamente natural produciendo la energía, la instalación de parques eólicos en Costa Rica apenas empieza y en la región es un área aún por explotar.

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