Un poco de historia sobre la energía eólica
El primer uso que se conoce del aprovechamiento del viento data del año 3.000 a.C., cuando se empiezan a usar los primeros barcos veleros egipcios. Unos milenios más tarde (s. VII en Persia), el ser humano comienza a utilizar el flujo del viento para realizar tareas mecánicas que requerían un gran esfuerzo físico. De esta manera, surgen los primeros molinos de viento que tenían como función moler el grano o bombear agua de los pozos.
A finales del XIX aparecen las primeras turbinas eólicas para generar electricidad. Charles F. Brush (1849-1929), fundador de la industria eléctrica americana, construyó un gigante de 144 palas fabricadas en madera de cedro. Durante 20 años, esta gran estructura cargó las baterías en el sótano de su casa. Paralelamente, el profesor La Cour comenzó a realizar los primeros experimentos con aerogeneradores. No será hasta después de la II Guerra Mundial, cuando una compañía danesa comience a fabricar las primeras turbinas de corriente alterna. El gran interés por esta energía renovable vendrá con la primera crisis del petróleo (1973). En los años 80 surgirá el boom industrial y tecnológico para los aerogeneradores modernos. Actualmente muchos países cuentan con la energía eólica como una fuente de energía primaria en pleno desarrollo. China, India, Sudamérica y EE.UU, son los países que destacan como futuros grandes generadores de energía eólica.
Condiciones para la instalación de la energía eólica
Para un buen rendimiento de los aerogeneradores es necesario hacer un estudio previo del emplazamiento donde estará ubicado, así como cumplir una serie de requisitos. Lo primero que se tiene que hacer es una medición del viento a diferentes alturas y comprobar su dirección y su velocidad. Este primer paso, conocido como la «rosa de los vientos», deberá de durar como mínimo un año. De esta manera, no sólo se podrá conocer cuál será la mejor posición para colocar los aerogeneradores, sino también servirá para corroborar que la ubicación es adecuada para instalar un parque eólico.
Una vez que se ha hecho el estudio sobre el viento, será necesario tener en cuenta algunos aspectos relacionados con el entorno. En este sentido, se debe de respetar la avifauna del entorno, mantener la lejanía con los núcleos urbanos para evitar la contaminación acústica de los parques eólicos, instalar los aerogeneradores en suelo no urbanizable, así como evitar la interferencia con señales electromagnéticas del entorno, como señales generadas por torres de telefonía, radio o televisión.
Fuentes: Twenergy / Soliclima.es / Energy Spain / Economia de la energia / Flickr / Flickr
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