Lámina “fresca”
La mayoría de los paneles solares fotovoltaicos usados para cubiertas son completamente negros para conseguir una mayor integración visual en el edificio. Además, al ser oscuros captan una mayor cantidad de radiación al tener una mayor capacidad de absorción lumínica. La elevada radiación puede ocasionar un mal funcionamiento de las placas solares debido a que su rendimiento se ve reducido. Para evitar el calentamiento de las placas, la empresa Americana Honeywell ha inventado una lámina negra que se pone sobre las células fotovoltaicas, estas láminas ayudan a reducir la temperatura mediante una innovadora y exclusiva tecnología que refleja la radiación solar.
Aquellos paneles que tienen instalados esta lámina, durante el pico de mayor radiación solar, alcanzan una temperatura de hasta 7 °C menos, aumentando así la producción energética entre un 2 y un 3 por ciento. Este aumento de producción consigue reducir, por tanto, un 2 y un 3 por ciento el coste por vatio generado del panel.
Refrigeración húmeda
Otra forma de reducir la temperatura de los paneles es la tecnología CoolSun, ideada por la firma Tombak Solar. Se fundamenta en captar el agua de lluvia y almacenarla en un conducto cerrado que, a través de unos finos conductos, se libera y se desliza por las placas consiguiendo que disminuya la temperatura. Se estima que, al utilizar este sistema, se aumenta hasta un 20% la producción de electricidad. Esta tecnología, además de enfriar las placas, ayuda a redirigir la trayectoria de la radiación cuando esta no es perpendicular a las placas.
En el caso de la energía solar fotovoltaica concentrada el problema del sobrecalentamiento es mayor debido a que su funcionamiento se basa en la concentración de la radiación en un único punto. El hecho que dicha temperatura aumente por encima de un límite hace que, en algunos casos, haya llegado a derretirse la célula fotovoltaica. Para solucionar este problema, IBM propone utilizar el mismo sistema que se utiliza para enfriar los chips de los ordenadores, mejorando la transferencia de calor entre una célula fotovoltaica y un disipador de calor enfriado con agua.
Estas son algunas de las técnicas utilizadas para solventar el aumento de temperatura. Muchas de las investigaciones que se están llevando a cabo están centradas en buscar el material más adecuado para que las altas radiaciones, a las que suelen estar sometidos los paneles, no afecten al rendimiento de los mismos.