«Solar impulse» es el nombre que ha recibido el primer avión con propulsión de origen solar, capaz de dar la vuelta al mundo. Un avión que responde a un concepto revolucionario: desvincular la aviación de los combustibles fósiles con un nuevo planteamiento, tanto en la forma de construcción como en sus prestaciones.
Todo el proyecto gira en torno a la energía que necesita el avión para volar. Es sin duda un enorme reto, ya que al mediodía la superficie terrestre recibe en forma de energía luminosa el equivalente de 1.000 vatios por m2, lo que representa 1.3 CV. Distribuida sobre las 24 horas del día, la energía del sol sólo proporciona una media de 250 W/m2. Con 200 m2 de células fotovoltaicas de silicio monocristalino y el 12% de rendimiento total de la cadena de propulsión, la potencia media proporcionada por los motores del avión no alcanza más que 8 CV o 6 KW. Es casi lo mismo que tenían los hermanos Wright en 1903 cuando realizaron el primer vuelo motorizado. ¡Con esa energía optimizada del panel fotovoltaico ‘Solar Impulse' pretende volar día y noche sin combustible!
El avión tiene una envergadura gigantesca, equivalente a la de un Airbus A340, con un peso proporcionalmente minúsculo – 1.600kg.-. El prototipo HB-SIA presenta características de construcción y aerodinamismo nunca antes desarrolladas. La estructura está hecha con fibra de carbono, un material ligero y resistente. El resto de componentes del avión, desde la cadena de propulsión a la instrumentación, han sido construidos para ahorrar energía, resistir a las condiciones hostiles que sufren el material y el piloto en altitud y superar las dificultades que presenta el peso del avión por la fuerza de la resistencia al volar.
Aún así el mayor reto es para el piloto pues debe gestionar la energía de las baterías, en especial cuando la meteorología no acompaña.
Al margen del proyecto «Solar Impulse», creado por el suizo Bertrand Piccard, existen otros ejemplos de aplicación de la energía solar fotovoltaica a la aviación, como el prototipo británico «Sephyr-6«, éste sin tripulación, y el trabajo que desarrolla el Instituto Tecnológico de Energías Renovables (ITER) de Tenerife (España).
Universitarios españoles desarrollan su propio prototipo
Otro ejemplo prometedor se está llevando a cabo en una universidad española. Alumnos de la Universitat Politènica de Catalunya (UPC) han iniciado la construcción del primer prototipo de avión solar de España desarrollado íntegramente por estudiantes. Se trata de una apuesta que confían en tener lista en unos meses, tras haber realizado ya los primeros vuelos de prueba.
Como en los casos anteriores, este prototipo denominado «Solar Endeavour» utiliza células fotovoltaicas en las alas del avión y cuenta con un sistema de gestión de energía que garantiza la autonomía del vuelo.
Los beneficios de la energía solar, si consigue introducirse en la aviación comercial, son evidentes para el medio ambiente. ¡Esperemos que estos proyectos piloto sean una realidad muy pronto!
Fuentes: Twenergy / Solar impulse / Econoticias / energíasolarok.com / Instituto Tecnológico y de Energías Renovables / Flickr