¿Cómo se alcanza el objetivo?
En la mayoría de países, la estrategia habitual para dar acceso a la electricidad consiste en ampliar la red eléctrica hasta las zonas rurales.¿Pero qué pasa cuando es necesario llegar hasta las zonas más alejadas, a las cuales el acceso resulta complicado y donde se registra baja densidad de población? Una de las mejores respuestas está en los sistemas autónomos y descentralizados, como aquellos que funcionan con energías renovables. Paneles solares, calefactores, sistemas que funcionan con energía eólica o hasta cocinas solares se presentan como buenas soluciones, puesto que no necesitan de red convencional.
¿Cómo trabaja Colombia?
Para este reto del país donde las energías renovables se plantean como una solución más que interesante, el IPSE (Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas para las Zonas No Interconectadas) trabaja con proyectos que suelen incluir paneles solares en áreas rurales. Pudimos ver uno de los últimos los días previos a Navidad, en el municipio de Chibolo, en el departamento de Magdalena, donde gracias a este tipo de paneles la energía llegó por primera vez.
¿Qué dificultades hay?
Colombia trabaja en ello, pero no es un camino de rosas. Entre las dificultades que encuentra la electrificación total se haya precisamente el acceso a estas zonas rurales no interconectadas, así como la dispersión de sus habitantes, y el coste que representa una electrificación al uso. Son áreas con poca población y dificultad de acceso, dos malos compañeros para una cobertura eléctrica total. Pero con sistemas basados en energías renovables estos impedimentos se atenúan, a la vez que lo hacen los costes.
Un gran potencial
Sin embargo, estas regiones cuentan con enorme potencial en energías limpia como la energía solar, la eólica y la biomasa, por lo que su aprovechamiento será beneficioso para todos. Pero no sólo para el medio ambiente es interesante este proceso de electrificación. Para las personas, significa reducir el aislamiento, mejorar su calidad de vida, poder alcanzar mejores herramientas para estudiar, refrigerar alimentos, vacunas, poder trabajar mejor incluso con herramientas automatizadas en el campo (por ejemplo en los riegos) y un sinfín de ventajas que tienen los habitantes de las ciudades.
Existen variados sistemas para aprovechar la energía del sol y del viento, gratuitas, sin ruidos y con poco mantenimiento, y que, con el compromiso de las propias comunidades, así como de instituciones nacionales e internacionales, harán posible que a todos los hogares llegue energía eléctrica de manera segura, autónoma, ¡y sin contaminación!
Fuentes: Elaboración propia / Semana sostenible
Recomendación musical: Ain’t No Mountain High Enough- Marvin Gaye & Tammi Terrell