Últimamente los ciudadanos de a pie vivimos un sobresalto cada vez que vemos asomar la factura de la luz por el buzón. Las medidas tomadas por el Gobierno para contener el déficit de tarifa eléctrica se tradujeron a principios de año en una subida de hasta un 7%, sin embargo la aportación de la energía eólica, que ha generado en los últimos tres meses un 23,5% de la demanda, ha permitido rebajar 50 euros el MWh compensando de esa manera el “sablazo”.
Y es que sólo en enero las renovables, esencialmente la eólica y la hidráulica, aportaron un 44,3% del total de la generación eléctrica en la península, por encima de la electricidad obtenida de la combustión fósil, que llegó al 35,9% y doblando a la generada por los reactores nucleares que apenas alcanzó al 20%.
La climatología ha permitido que febrero haya arrojado también un saldo positivo y entre los dos primeros meses del 2013 se ha conseguido satisfacer, gracias a las renovables, el 46,8% de la demanda. Este excelente dato servirá para abaratar la próxima factura de la luz casi un 7% ya que la electricidad generada por las energías renovables se tarifica en el mercado eléctrico a coste cero.
Estos datos tienen una traducción inmediata en la emisión de gases a la atmósfera. El pasado enero del año 2012, en el que la generación eléctrica por combustible fósil alcanzó el 51,6%, se emitieron más de ocho millones de toneladas de CO2, 151.000 toneladas de dióxido de azufre, 20.000 toneladas de óxido de nitrógeno y hasta 16.000 toneladas de partículas. Ya podemos calcular que con los datos registrados en enero de 2013 las emisiones de CO2 se han reducido un 58,6%, las de dióxido de azufre casi un 77% y las de óxido de nitrógeno y partículas en más de un 80%.
La combinación entre reducción de costes e impacto medioambiental sitúa a las energías renovables en el puesto destacado que merecen y que esperemos ocupen con carácter indefinido en un futuro próximo.
Fuentes: Twenergy / Edwind / La Vanguardia / vozpopuli.com / Flickr