El calentamiento global podría convertir al Ártico en fuente de CO2

El clima del ambiente marino del Ártico se caracteriza por una extrema estacionalidad de la radiación solar, de la superficie cubierta de hielo, y de las temperaturas del aire y del agua. La variabilidad de estos factores afectará, por tanto, al metabolismo pelágico del Océano Ártico. Los resultados de esta investigación muestran que el metabolismo de esta parte del Ártico varía a lo largo del año, dependiendo principalmente del crecimiento de las especies existentes y de la temperatura del agua.

El problema radica en que la temperatura del Océano Ártico está incrementándose tres veces más rápido que la media del resto de los océanos, y está previsto que este dato siga elevándose como consecuencia del calentamiento global. Esto ha provocado que la superficie cubierta de hielo del Ártico registrase un mínimo histórico en 2007, con una reducción en torno a un 43%, respecto a la extensión de hielo que había en 1979. Es más, en septiembre de 2012, se volvió a alcanzar otro record histórico, con 760.000 km2 menos de hielo que en 2007.

El derretimiento del hielo produce, además, que la irradiancia del agua aumente y que se incremente también la respiración de las comunidades de plancton en las aguas del Ártico. De hecho se espera que las tasas de respiración aumenten un 62%, con 6°C de subida de la temperatura.

Al margen del derretimiento del hielo, el calentamiento global afecta también a la producción de algas y conduce a mayores concentraciones de carbón orgánico disuelto en las descargas fluviales al Océano Ártico, al descongelamiento del permafrost y al derretimiento de los glaciares, lo cual aumentará las tasas de respiración pelágica.

Desmiente teorías anteriores

Estudios anteriores habían apuntado a la función de fijación de CO2 del plancton del Ártico, lo cual es contradictorio respecto a las conclusiones de este artículo. Sin embargo, en estudios detallados más recientes se comprueba que esto no está ocurriendo así.  Es posible, incluso, que el CO2 fijado en algunos puntos “sumidero”, se convierta en una fuente de CO2 a la atmósfera, porque el calentamiento aumenta el flujo de carbono a través de la bacteria y la mayor parte del carbono que se consume se libera en forma de CO2.

En concreto, un umbral de 5°C de diferencia en las aguas del ártico puede hacer que el metabolismo de las comunidades de plancton pase de ser autótrofo a heterótrofo, es decir, que expulsa CO2 en su nutrición.

El Océano Ártico es muy heterogéneo y presenta gran cantidad de respuestas en función de las diferentes regiones que lo componen. Las reacciones al calentamiento global, por tanto, variarán también dependiendo de cada región.

Por tanto, es muy importante que sigamos haciendo cada vez más esfuerzos por minimizar nuestra huella de carbono para poder reducir las consecuencias del cambio climático en el planeta.

Fuentes: EFECSIC / Center for Biological Diversity / Flickr

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